
Inicio > Noticias > Medio Ambiente
20 de agosto de 2025 a las 05:25
Osos asaltan carne asada en NL
La tranquilidad del paraje Boca de Leones, en el municipio de Bustamante, Nuevo León, fue interrumpida el pasado fin de semana no por el bullicio típico de una carnita asada, sino por unos comensales inesperados que llegaron con un apetito voraz. Una familia, lista para disfrutar de su picnic dominical, se convirtió en testigo privilegiado de un encuentro cercano con la fauna local: tres osos negros, atraídos por el irresistible aroma de la carne asada, descendieron del monte dispuestos a participar del festín.
Lejos de mostrar agresividad, los úrsidos se acercaron con una curiosa mezcla de cautela y determinación. Uno de ellos, con la serenidad de un invitado de honor, se dirigió directamente a la hielera, extrayendo con sorprendente destreza un paquete de costillas y carne. La escena, digna de una película de naturaleza, se completó con la paciente espera de sus dos compañeros, quienes observaban con atención, casi con una etiqueta implícita de “espera tu turno”.
La familia, con una admirable prudencia, optó por observar el inusual banquete desde la distancia. Comprendiendo la dinámica de la naturaleza y priorizando su seguridad, decidieron no intervenir ni intentar ahuyentar a los osos. Esta sabia decisión permitió que el encuentro se desarrollara sin incidentes, convirtiendo lo que pudo ser una experiencia aterradora en una anécdota memorable. ¿Quién puede decir que compartió su comida con tres osos negros en las hermosas montañas de Nuevo León? Una historia que sin duda se repetirá en las reuniones familiares por años.
Este singular evento pone de manifiesto la creciente presencia de osos en la región. Ya no se limitan a las zonas montañosas, sino que se aventuran cada vez más a la mancha urbana en busca de alimento y agua, un reflejo del impacto de la actividad humana en su hábitat natural. La urbanización y la expansión de las ciudades reducen sus territorios de caza y los obligan a buscar sustento en áreas pobladas. Esto nos invita a reflexionar sobre nuestra responsabilidad en la conservación de su entorno y la importancia de la coexistencia pacífica.
Ante esta realidad, es fundamental seguir las recomendaciones de Protección Civil. En caso de un encuentro con un oso, la clave está en la calma y el respeto. Evitar movimientos bruscos, caminar lentamente hacia atrás sin perder contacto visual con el animal y, sobre todo, no correr, son medidas cruciales para prevenir una posible agresión. Correr puede activar el instinto de persecución del oso, poniendo en riesgo nuestra seguridad.
La historia de la carnita asada en Boca de Leones no es solo una anécdota curiosa, sino una llamada de atención sobre la importancia de la convivencia responsable con la vida silvestre. Nos recuerda que compartimos este espacio con otras especies y que nuestra responsabilidad es protegerlas y respetar su hábitat. Aprendamos a coexistir con la naturaleza, admirando su belleza y respetando sus límites, para que futuras generaciones también puedan disfrutar de la riqueza de nuestra fauna. Quizás, en un futuro no muy lejano, las historias de osos compartiendo una carnita asada se conviertan en una tradición más de las hermosas montañas de Nuevo León.
Fuente: El Heraldo de México