
20 de agosto de 2025 a las 06:30
Oldman: El mundo se rompió sin Bowie
La huella de David Bowie, un artista que trascendió las barreras de la música para convertirse en un ícono cultural, sigue resonando con fuerza incluso años después de su partida. Su influencia, como un eco persistente, se percibe en la obra de otros artistas, en las tendencias de la moda y, sobre todo, en el recuerdo de quienes tuvieron la fortuna de conocerlo. Uno de ellos, el aclamado actor Gary Oldman, comparte con el mundo no solo la tristeza de su ausencia, sino también la profunda admiración por un amigo que, más allá de los escenarios, era una fuente inagotable de inspiración.
Oldman, con la nostalgia palpable en sus palabras, describe a Bowie como una especie de "pegamento cósmico" que, al desaparecer, dejó un vacío difícil de llenar. Un vacío que se siente en la música, en el arte y en la misma esencia de la creatividad. Es como si el mundo, tras la partida de Bowie, hubiera perdido parte de su brillo, de su audacia, de su capacidad para reinventarse. El actor confiesa que, a menudo, se encuentra pensando en cómo Bowie reaccionaría ante las situaciones cotidianas, ante las noticias, ante las nuevas expresiones artísticas. Una prueba irrefutable de la profunda conexión que existía entre ambos y de cómo la presencia de Bowie, aún en la ausencia, sigue siendo una referencia constante en la vida de Oldman.
Más allá de la melancolía, Oldman recuerda con cariño el peculiar sentido del humor de Bowie, un humor que, sin duda, contribuyó a fortalecer el vínculo entre ambos. Compartían, además, raíces comunes, habiendo crecido en barrios similares del Londres de los años 50 y 60, una época de transformaciones sociales y culturales que, sin duda, marcaron la personalidad y la visión artística de ambos. Esa conexión, forjada en la juventud, se consolidó con el tiempo, transformándose en una amistad profunda y duradera.
La admiración de Oldman por Bowie no se limita a lo personal. El actor reconoce la inmensa influencia de Bowie en la música y en la cultura en general. Destaca su constante reinvención, su capacidad para romper moldes y desafiar las convenciones, su audacia para explorar nuevos territorios artísticos. Bowie, para Oldman, era un innovador nato, un artista que no temía experimentar, un espíritu libre que inspiraba a otros a seguir sus pasos, a cuestionar lo establecido y a buscar su propia voz. Esa influencia, como un virus creativo, se contagiaba a quienes lo rodeaban, impulsándolos a explorar sus propios límites y a desafiar las normas establecidas.
La partida de Bowie dejó un hueco inmenso en el panorama artístico mundial. Sin embargo, su legado sigue vivo, no solo en su música, sino también en el recuerdo de quienes lo conocieron y admiraron. Gary Oldman, con sus emotivas palabras, nos acerca a la figura humana detrás del mito, a ese David Bowie que, más allá de la extravagancia y el brillo de los escenarios, era un amigo leal, una fuente de inspiración y un artista excepcional que cambió para siempre el curso de la música y la cultura. Su participación en homenajes como el concierto "Celebrating David Bowie" en Brixton es una muestra más del profundo respeto y admiración que Oldman siente por su amigo, un sentimiento que comparte con millones de personas en todo el mundo que siguen vibrándo con la música y el espíritu inmortal de David Bowie.
Fuente: El Heraldo de México