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21 de agosto de 2025 a las 01:45

Muro fronterizo: ¿nueva barrera infernal?

El imponente muro fronterizo entre México y Estados Unidos, símbolo de la controvertida política migratoria de la administración Trump, se tiñe de negro. Bajo el sol abrasador del desierto, las cuadrillas de obreros comenzaron este miércoles a aplicar la pintura oscura sobre el metal, transformando el paisaje fronterizo en una imagen aún más dramática. La secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, confirmó la noticia durante una visita a la sección del muro en Santa Teresa, Nuevo México, destacando la intención detrás de este cambio: aumentar la temperatura del metal hasta hacerlo prácticamente intocable.

Esta medida, según Noem, se suma a las ya existentes características del muro que lo hacen "casi imposible" de escalar, como su altura y la profunda cimentación que impide excavar túneles por debajo. "Es alto, lo que lo hace muy, muy difícil de escalar, casi imposible. También se hunde profundamente en el suelo, lo que haría muy difícil, si no imposible, cavar por debajo. Y hoy también vamos a pintarlo de negro”, fueron las palabras de la secretaria, reafirmando la postura firme de la administración en materia de seguridad fronteriza.

La decisión llega en un momento en que los cruces irregulares hacia Estados Unidos se encuentran en su nivel más bajo, una situación que la administración Trump atribuye a sus políticas de control migratorio. Noem, en un mensaje publicado en redes sociales, celebró los siete meses del segundo mandato del presidente Trump, proclamando que la crisis fronteriza, que en su momento calificaron como la peor de la historia, ha sido no solo controlada, sino "obliterada". El muro, según la funcionaria, juega un papel crucial en este logro. "Esta pared es parte de la diferencia. Demasiado alta para escalar. Demasiado estrecha para pasar…", se lee en el mensaje acompañado de un video que muestra la imponente estructura.

Sin embargo, la decisión de pintar el muro de negro no está exenta de controversia. Críticos argumentan que esta medida es inhumana y potencialmente peligrosa para los migrantes que intenten cruzar la frontera, expuestos a temperaturas extremas al tocar la superficie caliente del metal. Organizaciones de derechos humanos han expresado su preocupación por las posibles consecuencias de esta medida, alertando sobre el riesgo de quemaduras graves y deshidratación para aquellos que se atrevan a desafiar la barrera. Además, se cuestiona la eficacia real de esta nueva estrategia para disuadir los cruces ilegales, argumentando que la desesperación de quienes buscan una vida mejor en Estados Unidos puede ser más fuerte que cualquier obstáculo físico.

La imagen del muro negro bajo el sol implacable del desierto se convierte así en un símbolo de la compleja realidad fronteriza, donde la seguridad nacional y los derechos humanos se enfrentan en un debate que parece no tener fin. Mientras la administración Trump celebra sus logros en la reducción de la inmigración irregular, las voces críticas se alzan para denunciar las consecuencias humanitarias de sus políticas. El muro, ahora pintado de negro, se erige como un silencioso testigo de esta controversia, un recordatorio constante de las tensiones que se viven en la frontera entre México y Estados Unidos.

Fuente: El Heraldo de México