La reciente gira mundial de Katy Perry, "The Lifetimes Tour", está dando mucho de qué hablar, y no precisamente por sus éxitos musicales. Si bien la cantante ha demostrado una profesionalidad admirable al continuar con sus espectáculos a pesar de diversos percances, una serie de incidentes técnicos y momentos inesperados han mantenido a sus fans y a la prensa en vilo. El último episodio, ocurrido en Carolina del Norte, ha generado especial preocupación: un video, grabado por asistentes al concierto, muestra a la artista sufriendo una aparente descarga eléctrica mientras se elevaba en una plataforma llena de luces LED y cableado. Las imágenes, que rápidamente se viralizaron en redes sociales, muestran cómo el cuerpo de Perry se sacude bruscamente, lo que ha llevado a muchos a especular sobre la gravedad del incidente. Aunque algunos intentan restar importancia al suceso, sugiriendo que se trató de algo diferente a una descarga, la preocupación entre sus seguidores es palpable. Muchos temen que la situación pudiera haber tenido consecuencias mucho más graves, incluso llegando a considerar la posibilidad de una tragedia.

A pesar de la impactante escena, Katy Perry continuó con el espectáculo, ofreciendo, según sus fans, una actuación memorable. En redes sociales, la cantante no hizo mención del incidente, compartiendo únicamente imágenes del fervor de sus seguidores, muchos de los cuales acuden a sus conciertos caracterizados con sus icónicos vestuarios. Esta actitud, lejos de calmar las aguas, ha generado un debate entre quienes aplauden su profesionalidad y quienes critican la falta de transparencia ante un posible riesgo para su seguridad.

Lo cierto es que este incidente no es un caso aislado. La gira "The Lifetimes Tour" parece estar plagada de infortunios. Desde el mal funcionamiento de una mariposa mecánica en San Francisco, hasta el desmayo de una fan en el escenario en Detroit, pasando por el casi desprendimiento de su sujetador en Las Vegas, los percances se han convertido en una constante en esta serie de conciertos. A esto se suma el incidente en Australia, donde Perry estuvo a punto de caer de una jaula metálica suspendida en el aire.

Ante esta cadena de sucesos, surge la inevitable pregunta: ¿se están tomando las medidas de seguridad necesarias para proteger la integridad de la artista y de su equipo? La acumulación de incidentes, que van desde fallos técnicos hasta situaciones potencialmente peligrosas, debería ser una señal de alarma para los organizadores de la gira. Si bien es admirable la capacidad de Katy Perry para sobreponerse a las adversidades y ofrecer un espectáculo de calidad, la prioridad debe ser garantizar la seguridad de todos los involucrados. Es fundamental que se realice una exhaustiva revisión de los protocolos de seguridad y se tomen las medidas necesarias para evitar futuros incidentes, antes de que un simple percance se convierta en una verdadera tragedia. La salud y la seguridad de Katy Perry no deben quedar sujetas al azar ni a la improvisación.