En la tranquila aldea de Mohchi Bankatwa, en el corazón rural de Bihar, India, un suceso insólito ha desafiado las leyes de la naturaleza y ha cautivado la atención del mundo. Govind Kumar, un niño de apenas un año, se ha convertido en un símbolo de supervivencia tras un encuentro cara a cara con una cobra venenosa. Lo que hace aún más extraordinario este relato es que no solo sobrevivió al ataque, sino que, en un acto de defensa instintiva, le propinó una mordida fatal a la serpiente, sellando así su propio destino de supervivencia.

Imaginen la escena: el 24 de julio de 2025, bajo el sol abrasador del verano indio, Govind jugaba despreocupadamente en el patio de su casa, bajo la atenta mirada de su madre. De repente, una cobra de aproximadamente un metro de longitud, una amenaza silenciosa y letal, emergió de las sombras y se enroscó alrededor de las pequeñas manos del niño. En un acto reflejo, impulsado por un instinto de supervivencia que desafía su corta edad, Govind mordió con fuerza la cabeza de la serpiente, infligiéndole un traumatismo mortal.

La tensión del momento se intensificó cuando, tras su valiente acto, el pequeño Govind perdió el conocimiento. La angustia se apoderó de la familia, que rápidamente lo trasladó a un centro de salud local. Desde allí, fue derivado al Government Medical College Hospital (GMCH) en Bettiah, la capital de Bihar, donde los médicos se prepararon para una batalla contra el tiempo y el veneno.

El doctor Kumar Saurabh, quien atendió al pequeño héroe, reveló la clave de su milagrosa supervivencia. A diferencia de una mordedura típica, donde el veneno ingresa directamente al torrente sanguíneo, en el caso de Govind, el veneno entró por la cavidad oral. Este detalle, aparentemente insignificante, resultó ser crucial. El ácido estomacal del niño actuó como un antídoto natural, neutralizando el veneno y descomponiendo su estructura proteica. Aunque la exposición al veneno causó hinchazón en la cara y la boca del pequeño, su vida ya no corría peligro.

Tras 48 horas de observación y tratamiento con antihistamínicos, Govind fue dado de alta, dejando atrás las paredes del hospital y convirtiéndose en un testimonio viviente de la fuerza del instinto humano. Los médicos del GMCH, quienes atienden entre cinco y seis casos de mordeduras de serpiente al mes durante la temporada de lluvias, calificaron el caso de Govind como “extremadamente raro”.

Este incidente nos recuerda la constante amenaza que representan las cobras en India, un país donde la Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que ocurren entre 81,000 y 130,000 muertes anuales por mordeduras de serpiente. La temporada de lluvias, con sus inundaciones y desplazamientos de fauna, intensifica el riesgo, ya que las serpientes buscan refugio en áreas habitadas, aumentando la probabilidad de encuentros fatales con humanos.

La historia de Govind no es un caso aislado. En 2022, un niño de ocho años en Chhattisgarh también protagonizó un encuentro similar con una cobra, mordiéndola en defensa propia y sobreviviendo gracias a la administración de un antiveneno. Estos casos, aunque excepcionales, subrayan la importancia de la educación y la prevención en las zonas rurales de India, donde la convivencia con serpientes venenosas es una realidad cotidiana. La rápida actuación de la familia de Govind, junto con la atención médica oportuna, fueron factores determinantes en su recuperación. Su historia nos recuerda la fragilidad de la vida, pero también la increíble capacidad de resiliencia del ser humano, incluso en los momentos más inesperados y peligrosos.