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20 de agosto de 2025 a las 16:25
Adiós a estrella de Expreso de la Mañana
La noticia del fallecimiento de Alejandro Tirx Chávez, cariñosamente conocido como "Lobo", ha conmocionado a la familia de N+ y Televisa. Más allá de la figura pública, de las cámaras y los micrófonos, se encontraba un hombre que, como pieza fundamental en la maquinaria informativa, tejía lazos invisibles pero esenciales para el funcionamiento de programas como "Expreso de la mañana" y "Paralelo 23". Su rol como floor manager, a menudo invisible para la audiencia, era vital para la fluidez y el éxito de cada emisión. Él era el director de orquesta tras bambalinas, coordinando los movimientos, asegurando la sincronía entre presentadores, invitados y equipo técnico. Su ausencia deja un vacío palpable, un silencio que resuena en los pasillos y estudios que alguna vez recorrió con su energía y profesionalismo.
Las palabras de Ana Lucía Ordoñana, cargadas de dolor y gratitud, pintan el retrato de un compañero invaluable, no solo en el ámbito profesional, sino también en el personal. Más allá de las indicaciones y la coordinación técnica, existía una conexión humana, un espacio para la camaradería, las confidencias, el apoyo mutuo en los momentos de presión y los inevitables "chismes" que aligeran la carga del día a día. Ese "Lobito", como ella lo llamaba con afecto, era un pilar en su rutina, una presencia constante que aportaba tranquilidad y confianza. Su partida deja un hueco en el equipo, una ausencia que se sentirá en cada emisión, en cada gesto, en cada recuerdo compartido.
La repercusión de su fallecimiento trasciende las paredes de Televisa. Figuras reconocidas del espectáculo, como el chef Benito Molina, Sofía Escobosa y Ximena Cervantes, se han unido al duelo, expresando sus condolencias y destacando la calidad humana de Alejandro. Este gesto solidario revela la profunda huella que dejó en quienes tuvieron la fortuna de conocerlo, confirmando que su influencia se extendía más allá de su labor específica, tejiendo una red de afectos y respeto en el competitivo mundo del entretenimiento.
La muerte de "Lobo" nos recuerda la fragilidad de la vida y la importancia de valorar cada interacción, cada gesto de apoyo, cada momento compartido. En un mundo que a menudo prioriza la imagen y el éxito, es fundamental reconocer el valor de las personas que trabajan detrás de cámaras, esos héroes anónimos que contribuyen con su talento y dedicación a construir la narrativa que llega a nuestros hogares. Alejandro Tirx Chávez fue uno de ellos, un profesional comprometido, un compañero leal, un amigo entrañable. Su legado, más allá de los programas que ayudó a construir, reside en el cariño y el respeto que sembró en quienes tuvieron la suerte de cruzar su camino. Su memoria permanecerá viva en los corazones de quienes lo conocieron y en cada emisión que lleve la impronta de su trabajo silencioso pero indispensable.
Fuente: El Heraldo de México