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19 de agosto de 2025 a las 12:50

Viaje Sagrado Wixárika

El ancestral latido del pueblo Wixárika resuena ahora con fuerza en el corazón del mundo. La UNESCO, en un acto de reconocimiento a la profunda conexión espiritual y cultural de esta comunidad con su territorio, ha declarado Patrimonio Mundial la Ruta Wixárika por los Sitios Sagrados hasta Wirikuta, también conocida como Tatehuarí Huajuyé, el Camino de Nuestro Abuelo Fuego. Imaginen un sendero que serpentea por más de 500 kilómetros, un hilo conductor que une 20 lugares sagrados a lo largo de cinco estados del centro-norte de México. No se trata simplemente de una ruta geográfica, sino de un mapa espiritual, un testimonio vivo de la resistencia y la sabiduría ancestral de un pueblo que ha sabido preservar sus tradiciones a pesar de las adversidades.

Generación tras generación, los Wixáritari, conocidos también como Huicholes, han recorrido este camino en una peregrinación sagrada hacia Wirikuta, el lugar donde nace el sol. Cada paso en esta ruta es una oración, una conexión con los dioses y la naturaleza. En cada uno de los 20 sitios sagrados, se llevan a cabo rituales y ceremonias que buscan el equilibrio del cosmos, la armonía entre el hombre y la tierra. Visualicen la escena: el sonido del tambor y la flauta, el humo del copal elevándose al cielo, las coloridas vestimentas de los peregrinos, un espectáculo de profunda devoción y respeto por la vida.

Esta inscripción en la Lista del Patrimonio Mundial no es solo un reconocimiento, es un escudo protector. Es una herramienta legal que ampara a estos lugares sagrados de las amenazas constantes que acechan, como la explotación minera y los proyectos industriales que ponen en peligro el delicado equilibrio de la naturaleza. Es una victoria para el pueblo Wixárika, pero también para la humanidad entera, pues la preservación de su cultura y sus conocimientos ancestrales nos enriquece a todos.

La cosmovisión Wixárika, intrínsecamente ligada a la naturaleza, nos enseña la importancia de vivir en armonía con nuestro entorno. Su sabiduría ancestral, transmitida oralmente de generación en generación, es un tesoro invaluable que nos invita a reflexionar sobre nuestra relación con la tierra. La Ruta Wixárika es un ejemplo palpable de cómo el conocimiento indígena puede inspirar modelos de conservación y cuidado del medio ambiente a nivel global. Es un llamado a la acción, una invitación a aprender de quienes han sabido convivir con la naturaleza durante siglos, respetando sus ciclos y aprendiendo de su sabiduría.

Este reconocimiento por parte de la UNESCO es un paso crucial en la lucha por la preservación de la cultura Wixárika. Es una oportunidad para el mundo de conocer y valorar la riqueza de sus tradiciones y la importancia de proteger su patrimonio. Es un momento para celebrar la resistencia de un pueblo que ha mantenido viva la llama de su cultura a lo largo del tiempo, y para inspirarnos en su profundo respeto por la Madre Tierra. La Ruta Wixárika es un legado para la humanidad, un recordatorio de que la conexión con la naturaleza es esencial para nuestra supervivencia y bienestar.

Fuente: El Heraldo de México