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20 de agosto de 2025 a las 02:00
Salva a la Monarca: ¡Actúa Ya!
La sombra de la ilegalidad se cierne sobre los majestuosos bosques de Michoacán, hogar de la emblemática mariposa monarca. La Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) ha alzado la voz, y con ella, dos denuncias penales que retumban en la tranquilidad de Tlalpujahua, municipio enclavado en la zona de influencia de la Reserva de la Biosfera. Más de 3,455 metros cúbicos de madera, una cifra que impresiona y a la vez indigna, se encuentran en el ojo del huracán. Pino, oyamel, encino, cedro blanco… especies que susurran historias de siglos, ahora silenciadas por el eco de la tala clandestina.
Imaginen la escena: Inspectores de la Profepa, con la determinación que les confiere la defensa de nuestro patrimonio natural, adentrándose en los Centros de Almacenamiento y Transformación de materias primas forestales. San Joaquín y Puerto Bermeo, dos localidades que se convierten en escenario de un delito que nos afecta a todos. Allí, entre pilas de madera, la verdad se revela: la documentación brilla por su ausencia. No hay justificación, no hay permiso que ampare la posesión de semejante tesoro forestal.
La Fiscalía General de la República (FGR) ha recogido el guante. La maquinaria de la justicia se ha puesto en marcha, y la investigación promete ser exhaustiva. No se trata solo de números, de metros cúbicos de madera. Se trata de la salud de nuestros bosques, del futuro de la mariposa monarca, de la preservación de un ecosistema vital para el equilibrio de nuestro planeta. Cada árbol talado ilegalmente representa una herida en el corazón de Michoacán, una cicatriz en el alma de México.
El cedro blanco, en particular, nos recuerda la fragilidad de la naturaleza. Incluido en la NOM-059-SEMARNAT-2010 como especie sujeta a protección especial, su presencia en este decomiso subraya la gravedad del asunto. No podemos permitir que la avaricia de unos pocos ponga en peligro la supervivencia de especies que han habitado estas tierras durante generaciones.
La Profepa, con estas acciones, reafirma su compromiso inquebrantable con la protección de nuestros recursos naturales. Su labor, a menudo silenciosa, es fundamental para frenar el avance de la destrucción ambiental. Pero la lucha no es solo de las instituciones. Cada uno de nosotros, como ciudadanos responsables, tenemos la obligación de denunciar cualquier actividad sospechosa que atente contra nuestros bosques. El futuro de la mariposa monarca, el futuro de nuestros hijos, depende de ello.
La madera decomisada es un testimonio mudo de la codicia y la irresponsabilidad. Pero también es un símbolo de esperanza. La esperanza de que la justicia prevalezca, de que los responsables sean castigados y de que, con el esfuerzo conjunto de autoridades y sociedad, podamos preservar la riqueza natural que nos ha sido legada. El susurro de los bosques nos llama a la acción. No podemos permanecer indiferentes. El tiempo de actuar es ahora.
Fuente: El Heraldo de México