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19 de agosto de 2025 a las 18:50

Ovni ¿lanzó una sonda? Harvard investiga

El misterio que envuelve al objeto interestelar 31/Atlas continúa profundizándose. Las recientes observaciones del astrofísico Avi Loeb, director del Instituto de Teoría y Computación de la Universidad de Harvard, han añadido una nueva capa de intriga al enigma. El inusual resplandor detectado en el objeto, que carece de la típica cola cometaria, ha generado una cascada de preguntas en la comunidad científica. ¿Se trata de un fenómeno natural desconocido o podría haber algo más, algo mucho más extraordinario, detrás de este peculiar comportamiento?

Loeb, reconocido por su trabajo en astrofísica teórica, ha propuesto una hipótesis fascinante: la luz podría originarse en el propio 31/Atlas. Esta idea, de confirmarse, revolucionaría nuestra comprensión del objeto. Según sus cálculos, si 31/Atlas genera su propia luz, su tamaño sería considerablemente menor al estimado inicialmente. La hipótesis de un objeto rocoso de grandes dimensiones reflejando la luz solar se vuelve improbable, considerando la escasa densidad de material rocoso en el espacio interestelar. Un objeto de tal tamaño sería un evento excepcionalmente raro, prácticamente una anomalía estadística.

La teoría de Loeb se centra en la pronunciada pendiente del brillo superficial del resplandor. Esta característica, según el científico, se alinea con un modelo donde el flujo de polvo alrededor de 31/Atlas es iluminado por una fuente central, en lugar de ser un reflejo de la luz solar. Además, la ausencia de una cola cometaria, un rasgo distintivo de los cometas, se explicaría por la composición del halo de dispersión. Loeb sugiere que este halo está formado por partículas heladas que se evaporan al acercarse al Sol, un proceso que no generaría la característica cola cometaria.

Este nuevo descubrimiento alimenta las especulaciones sobre la verdadera naturaleza de 31/Atlas. Si bien la comunidad científica se mantiene cautelosa, la posibilidad de que se trate de algo más que un simple cometa interestelar ha capturado la imaginación del público. Las teorías, que van desde un objeto inusualmente activo hasta hipótesis más audaces sobre su origen artificial, circulan en foros científicos y redes sociales.

Mientras tanto, la velocidad de 31/Atlas, descrita por Paul Chodas, director del Centro de Estudios de Objetos Cercanos a la Tierra de la NASA, como "bastante deprisa", añade otro elemento de interés. Su trayectoria y velocidad son objeto de un minucioso seguimiento por parte de los astrónomos, quienes buscan comprender su origen y destino.

La llegada de 31/Atlas sigue a la de otros dos objetos interestelares, Oumuamua y Borisov, cada uno con sus propias peculiaridades. Oumuamua, apodado "un mensajero de lejos que llega primero" en hawaiano, sorprendió a los científicos por su forma alargada y su comportamiento inusual. Borisov, por otro lado, se asemejaba más a un cometa tradicional, aunque su origen interestelar lo convertía en un objeto de estudio fascinante. Ahora, 31/Atlas, con su enigmático resplandor, se suma a la lista de visitantes interestelares que desafían nuestra comprensión del cosmos.

La investigación continúa y la comunidad científica espera con impaciencia nuevos datos que arrojen luz sobre este misterioso objeto. Mientras tanto, 31/Atlas sigue su viaje a través de nuestro sistema solar, dejando tras de sí un rastro de preguntas y especulaciones que alimentan la fascinación por lo desconocido. ¿Será este objeto una simple roca espacial o un mensajero de un mundo lejano? Solo el tiempo y la investigación podrán desvelar la verdad.

Fuente: El Heraldo de México