
19 de agosto de 2025 a las 09:55
Naranjas con medalla de oro
La fiebre del running alcanza nuevas cimas. Imaginen: 35,000 almas, unidas por la pasión y el esfuerzo, recorriendo los 42.195 kilómetros que definen la leyenda del maratón. No en cualquier lugar, sino con la icónica silueta del Sydney Opera House como testigo. Una estructura que, cuenta la leyenda, nació de la inspiración que el arquitecto Jørn Utzon encontró en la simpleza de una naranja. Ahora, esas mismas “velas” blancas que se alzan hacia el cielo australiano, enmarcarán la meta de un maratón que escribe un nuevo capítulo en la historia de este deporte.
El próximo 31 de agosto, Sídney se vestirá de gala para recibir a la élite del running mundial y a miles de corredores aficionados que se sumarán a este evento histórico. ¿La razón? El Maratón de Sídney se une al selecto grupo de los World Marathon Majors, compartiendo el podio con gigantes como Boston, Chicago, Nueva York, Londres, Tokio y Berlín. Un club de titanes al que pronto se sumarán Ciudad del Cabo y Shanghái, elevando la cifra a nueve carreras emblemáticas.
Este ascenso meteórico del Maratón de Sídney no es casualidad. Refleja el crecimiento exponencial del running a nivel global, una auténtica marea humana que busca superarse a sí misma en los escenarios más impresionantes del mundo. Y no olvidemos el impacto económico que estos eventos generan. El Maratón de Chicago, por ejemplo, dejó una derrama económica de 390 millones de dólares en 2024, un 22% más que el año anterior. Cifras que hablan por sí solas y explican por qué las ciudades invierten tanto en formar parte de este circuito de élite.
El Maratón de Sídney, nacido en el año 2000 al calor de los Juegos Olímpicos, ha recorrido un largo camino para alcanzar este reconocimiento. La World Athletics, el máximo organismo del atletismo mundial, le otorgó la Etiqueta Platino, el sello de calidad que distingue a los mejores maratones del mundo. Pero la verdadera transformación comenzó en 2022, cuando Abbott, el principal patrocinador, lo designó como candidato a World Marathon Major. Desde entonces, se ha trabajado en optimizar el recorrido, haciéndolo más rápido y atractivo, además de cumplir con rigurosos estándares de organización y sostenibilidad.
En 2024, más de 20,000 corredores cruzaron la meta del Maratón de Sídney, y para este año se recibieron más de 79,000 solicitudes. Se espera un impacto económico de 25 millones de dólares solo por concepto de turismo deportivo. Cifras que demuestran la magnitud del evento.
Ahora bien, hay una pequeña decepción para los coleccionistas de medallas. A pesar de ser el séptimo Major, el Maratón de Sídney no otorgará la medalla de las siete estrellas. Habrá que esperar a que Ciudad del Cabo y Shanghái se integren al circuito en 2026 y 2027, respectivamente, para poder aspirar a la anhelada Medalla de las Nueve Estrellas.
Pero no nos desanimemos. Con siete Majors en el calendario y dos más en el horizonte, las oportunidades para desafiar nuestros límites y vivir experiencias inolvidables se multiplican. Eso sí, siempre que el presupuesto, el tiempo y, por supuesto, la condición física nos lo permitan. Mientras tanto, podemos soñar con correr bajo la mirada imponente del Sydney Opera House y, quién sabe, encontrar la inspiración, como Jørn Utzon, en la simpleza de una naranja.
Fuente: El Heraldo de México