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20 de agosto de 2025 a las 00:27

Mujeres al poder: Gobernando México

La victoria de Claudia Sheinbaum no es solo un triunfo personal, sino la culminación de décadas de lucha incansable por parte de mujeres que se negaron a aceptar un segundo plano en la construcción de México. Imaginen, apenas hace 70 años, las mujeres mexicanas ni siquiera podían ejercer su derecho al voto. Hoy, una de ellas ocupa la silla presidencial. Este hito histórico resuena con la fuerza de un terremoto, resquebrajando los cimientos de un sistema que durante demasiado tiempo relegó a las mujeres a los márgenes del poder.

El eco de las voces de aquellas pioneras que, en 1923, se abrieron paso en el ámbito político local de Yucatán, resuena en el discurso de Sheinbaum. Ellas, con valentía y determinación, sembraron la semilla de la transformación que hoy cosechamos. Su lucha, a menudo silenciada, sentó las bases para las reformas constitucionales de 1953, abriendo las puertas a la participación femenina en las elecciones federales. Recordar este proceso es fundamental, no solo para honrar su memoria, sino para comprender la magnitud del logro que representa la presidencia de Sheinbaum.

El camino no ha sido fácil. Cada paso adelante ha sido una batalla ganada contra la inercia de una sociedad acostumbrada a la exclusión. La historia de Griselda Álvarez, la primera gobernadora de México en 1979, es un testimonio de esta perseverancia. Su frase, “Vivamos un tiempo nuevo de plena igualdad con los hombres; sin privilegios que no requerimos, pero sin desventajas que no merecemos”, se convierte hoy en un mantra para las nuevas generaciones. Álvarez, con su visión de futuro, no solo gobernó Colima, sino que inspiró a miles de mujeres a alzar la voz y exigir su lugar en la mesa de las decisiones.

La presidencia de Sheinbaum no es el punto final, sino un nuevo comienzo. Es una invitación a reflexionar sobre los retos que aún persisten en materia de igualdad de género. Si bien la representación política es crucial, la verdadera transformación requiere un cambio profundo en la cultura, en la educación, en la economía y en la vida cotidiana. Es necesario derribar los estereotipos de género que limitan el potencial de las niñas y las mujeres, garantizar la igualdad de oportunidades en el acceso a la educación y al empleo, y erradicar la violencia de género en todas sus formas.

La lucha por la igualdad no es una tarea exclusiva de las mujeres. Es una responsabilidad compartida que exige la participación activa de todos los sectores de la sociedad. Hombres y mujeres, juntos, debemos construir un México donde la igualdad no sea una aspiración, sino una realidad tangible. La llegada de Sheinbaum a la presidencia es una oportunidad para redoblar esfuerzos y acelerar el paso hacia un futuro más justo e igualitario. Es un llamado a la acción, a la unidad y a la perseverancia, para que las palabras de Griselda Álvarez se conviertan en el legado de una nación que finalmente reconoce el valor y el potencial de todas sus ciudadanas.

Fuente: El Heraldo de México