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19 de agosto de 2025 a las 09:40

México: ¿intocable?

La sombra de la intervención estadounidense se cierne nuevamente sobre México, reavivando viejos temores y encendiendo las alarmas en los pasillos del poder. La advertencia de Anastacia O'Grady en el Wall Street Journal, aunque ignorada por muchos, ha resonado con fuerza en Palacio Nacional, poniendo de relieve la fragilidad del equilibrio actual y la amenaza latente que representa la retórica belicista de Donald Trump.

No se trata solo de la posibilidad, remota pero no descartable, de un despliegue militar en la frontera o de bombardeos a instalaciones del narcotráfico. La verdadera preocupación radica en las consecuencias políticas de una acción de tal magnitud. O'Grady, con agudeza, señala el daño que una intervención estadounidense causaría a la imagen de Omar García Harfuch, perfilado como un aliado clave en la lucha contra el crimen organizado. Aún más inquietante es la posibilidad de que sectores dentro del propio partido gobernante, Morena, puedan instrumentalizar una eventual "invasión gringa" para sus propios fines, exacerbando la corrupción y la polarización política.

La administración López Obrador, ahora en manos de Claudia Sheinbaum, ha logrado hasta el momento contener los impulsos intervencionistas de Trump. Sin embargo, esta aparente calma no debe interpretarse como una garantía. La volatilidad de la política estadounidense exige una estrategia clara y previsión ante posibles cambios de rumbo. Es precisamente esta incertidumbre la que mantiene en vilo a los operadores políticos del gobierno, obligados a contemplar escenarios que hasta hace poco parecían impensables.

Si bien la posibilidad de una incursión militar estadounidense se percibe como lejana en este momento, la realidad es que el panorama político puede cambiar drásticamente. Para un presidente como Trump, con un apoyo popular inestable y una constante necesidad de reafirmar su liderazgo, una acción contundente contra los cárteles mexicanos podría ser una herramienta políticamente atractiva. La lucha contra el narcotráfico, convertida en un espectáculo mediático, podría servir para galvanizar a su base electoral y desviar la atención de sus problemas internos.

La amenaza, aunque latente, es real. México se encuentra en una encrucijada, obligado a navegar en un contexto geopolítico complejo y a prepararse para eventualidades que podrían tener consecuencias devastadoras. La prudencia y la diplomacia son esenciales, pero también lo es la firmeza para defender la soberanía nacional ante cualquier intento de injerencia extranjera. El futuro de México depende, en gran medida, de la capacidad de sus líderes para anticipar y responder a las amenazas que se ciernen sobre el horizonte. La pregunta que queda en el aire es: ¿estará el gobierno mexicano preparado para enfrentar este desafío? El tiempo, como siempre, dirá.

Fuente: El Heraldo de México