
20 de agosto de 2025 a las 02:35
Maduro teme a los drones: ¿Su fin está cerca?
La sombra de la prohibición se cierne sobre los cielos venezolanos. Durante los próximos 30 días, el zumbido de los drones se silenciará, confinados a tierra por un decreto presidencial que ha generado un torbellino de especulaciones y controversias. Desde el pequeño dron de uso recreativo hasta los sofisticados aparatos utilizados en la industria cinematográfica o la agricultura, todos quedan bajo el mismo manto restrictivo. El Instituto Nacional de Aeronáutica Civil (INAC), erigido como el guardián de esta nueva normativa, tendrá la ardua tarea de velar por su cumplimiento, un desafío considerable en un país de la extensión de Venezuela.
La decisión, publicada en Gaceta Oficial el pasado 18 de agosto de 2025, llega en un momento de creciente tensión entre Venezuela y Estados Unidos. Nicolás Maduro, en el ojo del huracán político, ha justificado la medida como parte de su “Plan de Paz”, un eufemismo que parece contrastar con la realidad de una prohibición que limita libertades y alimenta las incertidumbres. El despliegue simultáneo de más de 4.5 millones de militares de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) refuerza la imagen de un país preparándose para un escenario conflictivo.
¿Es esta prohibición una respuesta directa al incremento de la recompensa ofrecida por Estados Unidos por información que conduzca a la captura de Maduro? La cifra, que asciende ahora a 50 millones de dólares, sin duda añade leña al fuego de la ya tensa relación bilateral. Maduro, acusado de narcotráfico y otros delitos por el gobierno estadounidense, se presenta como víctima de una persecución política, una narrativa que resuena en parte de la población venezolana y que se ve reforzada por medidas como la prohibición de los drones.
El argumento de la seguridad nacional, esgrimido por el gobierno venezolano, deja un sabor amargo en la boca de muchos. Fotógrafos, cineastas, agricultores y otros profesionales que utilizan drones en su trabajo se ven ahora privados de una herramienta esencial. ¿Se trata de una medida proporcional a la supuesta amenaza? ¿O es una excusa para restringir aún más las libertades en un país ya de por sí polarizado?
La presencia militar estadounidense en aguas del Caribe y Latinoamérica, con el despliegue de 4.000 agentes de la marina, aviones, barcos y lanzamisiles, añade otra capa de complejidad al panorama. Si bien la misión oficial es combatir el narcotráfico, la proximidad geográfica y la tensa relación bilateral hacen inevitable la especulación sobre un posible vínculo entre este despliegue y la situación en Venezuela. ¿Es una simple coincidencia? ¿O se trata de una demostración de fuerza dirigida a Maduro?
Mientras tanto, los venezolanos observan con incertidumbre el desarrollo de los acontecimientos. La prohibición de los drones, enmarcada en un contexto de tensión internacional y despliegue militar, alimenta la sensación de que el país se adentra en un territorio inexplorado, donde las libertades individuales y la seguridad nacional se enfrentan en un delicado equilibrio. El tiempo dirá si el “Plan de Paz” de Maduro logra su objetivo o si, por el contrario, se convierte en un nuevo capítulo de la larga y compleja historia de tensiones entre Venezuela y Estados Unidos.
Fuente: El Heraldo de México