Una ola de revitalización recorre al Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE). Martí Batres, su director, ha confirmado la incorporación del Instituto al programa “La Clínica es Nuestra”, una iniciativa que promete inyectar nueva vida a la infraestructura de las clínicas del ISSSTE en todo el país. Imaginen la transformación: un millón de pesos destinados a cada una de las 562 clínicas que ya forman parte del programa. Y lo más importante: son los propios derechohabientes, en asambleas participativas, quienes deciden el destino de estos recursos. ¿Un nuevo sistema de videovigilancia para mayor seguridad? ¿Refrigeradores de última generación para la conservación de medicamentos? ¿Rampas de acceso para facilitar la movilidad de todos? La decisión está en manos de quienes más lo necesitan.

Batres, con un optimismo contagioso, ha afirmado que el ISSSTE está en movimiento, en un proceso de rescate integral que cuenta con el respaldo total de la Presidencia. Este impulso se materializa en proyectos concretos, como la construcción de una nueva clínica en Oaxaca, equipada con 250 camas estables, una bocanada de aire fresco para la atención médica en la región. A esta se suman las nuevas clínicas en Playa del Carmen y Tecámac, obras que, iniciadas en el sexenio anterior, ven la luz en la actual administración, demostrando la continuidad en la apuesta por la salud pública.

Pero la modernización no se detiene ahí. El parque vehicular del ISSSTE también ha experimentado una importante renovación. La flota de ambulancias ha dado un salto considerable, pasando de 486 a 695 unidades, muchas de ellas equipadas con tecnología de punta para atender urgencias de manera eficaz y oportuna. Batres ha destacado la importancia de contar con ambulancias de traslado y urgencias con un equipamiento moderno, garantizando así una atención prehospitalaria de calidad.

Y como si fuera poco, el resurgimiento del SUPERISSSTE es otro motivo de celebración. Esta cadena de supermercados, que en su momento fue líder en el sector, había experimentado un declive en los últimos años. Ahora, gracias a una gestión eficiente y a la reincorporación de productos perecederos, el SUPERISSSTE vuelve a tomar impulso, creciendo con recursos propios y ofreciendo a sus clientes una opción accesible y de calidad.

En resumen, el ISSSTE está viviendo una etapa de transformación profunda. Desde la mejora de la infraestructura en las clínicas, pasando por la renovación de la flota de ambulancias, hasta el rescate del SUPERISSSTE, las acciones emprendidas apuntan a un futuro prometedor para la institución y, sobre todo, para los millones de derechohabientes que confían en ella. Un futuro donde la salud, la seguridad y el bienestar son la prioridad. Se trata de una apuesta a largo plazo, una inversión en el presente que construye un mañana más saludable para todos. La participación de los derechohabientes en la toma de decisiones es clave en este proceso, asegurando que las mejoras respondan a las necesidades reales de la comunidad. El ISSSTE se renueva, se fortalece y se acerca cada vez más a la excelencia en la atención integral de sus afiliados.