Logo
NOTICIAS
play VIDEOS

Inicio > Noticias > Turismo

19 de agosto de 2025 a las 09:40

Diálogos que construyen puentes

El debate sobre la regulación de las estancias turísticas eventuales en la Ciudad de México ha generado un torbellino de opiniones, a menudo cargadas de mitos y desinformación. Es hora de disipar las sombras y arrojar luz sobre la verdadera naturaleza de este sector, un motor vibrante de la economía local y un reflejo de la hospitalidad que nos caracteriza. Lejos de ser una amenaza, las estancias turísticas representan una oportunidad para impulsar el desarrollo y consolidar a la capital como un destino turístico de clase mundial.

En el reciente foro "Diálogo con Anfitriones de Estancias Turísticas Eventuales", la Asociación Mexicana de Viviendas Turísticas (AMVITUR) tuvo la oportunidad de presentar un panorama claro y preciso de nuestra actividad. No se trató de una confrontación, sino de un diálogo constructivo para tender puentes y encontrar soluciones que beneficien a todos. Porque, al final del día, todos compartimos el mismo objetivo: una Ciudad de México próspera y vibrante.

Un aspecto crucial que a menudo se pasa por alto es la complejidad del ecosistema de las estancias turísticas. No se trata simplemente de una transacción entre un huésped y un propietario. Hay cuatro actores fundamentales: el anfitrión, la plataforma digital, el viajero y el inmueble. Cada uno desempeña un rol específico y su interrelación es lo que da vida a este dinámico sector. El anfitrión, lejos de ser un ente abstracto, es una persona o empresa que se encarga de la gestión del alojamiento, garantizando la calidad y la seguridad de la experiencia del viajero. La plataforma, por su parte, actúa como un facilitador, conectando la oferta y la demanda. Es importante destacar que el 80% de los anfitriones posee un solo inmueble, lo que desmitifica la imagen del gran inversor acaparando el mercado. Somos, en su mayoría, pequeños emprendedores que apostamos por el turismo como una forma de desarrollo.

Es fundamental comprender que la figura del anfitrión no es nueva. Tiene sus raíces en las tradicionales "casas de huéspedes" que han formado parte del tejido social de nuestros barrios durante generaciones. Hoy, gracias a la tecnología, esta tradición se ha modernizado y se ha integrado a un movimiento global, pero la esencia permanece intacta: la calidez, la atención personalizada y el orgullo de compartir nuestra ciudad con el mundo.

Las cifras hablan por sí solas. El 100% del sector de viviendas turísticas está compuesto por micro, pequeñas y medianas empresas. Más del 90% de las unidades cuenta con cuatro o menos colaboradores. Generamos miles de empleos directos e indirectos, principalmente en áreas como limpieza, administración y mantenimiento. Lejos de ser una amenaza para el mercado laboral, somos una fuente de oportunidades para las comunidades locales.

Otro mito que es necesario desmantelar es la supuesta relación entre las viviendas turísticas y la gentrificación. Las viviendas turísticas representan menos del 1% del parque habitacional de la Ciudad de México. Atribuirnos la responsabilidad del aumento en los precios de la vivienda es simplemente infundado. Hay factores mucho más complejos que inciden en este fenómeno.

La derrama económica generada por las estancias turísticas beneficia directamente a los comercios de barrio. Por cada peso gastado en hospedaje, se inyectan cerca de cuatro pesos a otros sectores locales, como gastronomía, transporte y entretenimiento. A diferencia del modelo hotelero, donde gran parte del gasto se concentra en el propio establecimiento, nuestra actividad impulsa la economía local de manera más equitativa.

En el foro "Diálogo con Anfitriones de Estancias Turísticas Eventuales" presentamos propuestas concretas para una regulación justa y efectiva: certificación de anfitriones, reglas claras para la retención de impuestos por parte de las plataformas, participación equitativa en el Fondo Mixto de Promoción Turística, inclusión de representantes de la anfitrionía en colectivos vecinales y la creación de una plataforma digital de hospedaje como patrimonio de la ciudad. Estas medidas no solo fortalecerán la transparencia y la seguridad, sino que también sentarán las bases para un crecimiento sostenible del sector.

El Mundial de 2026 representa una oportunidad histórica para mostrar al mundo la hospitalidad de la Ciudad de México. Si trabajamos juntos –autoridades, legisladores, comunidades y anfitriones–, podremos construir un modelo de turismo ordenado, profesional y sostenible, que genere bienestar tanto para quienes nos visitan como para quienes vivimos aquí. El futuro del turismo en la capital está en nuestras manos. Construyámoslo juntos.

Fuente: El Heraldo de México