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19 de agosto de 2025 a las 12:50
Descubre el Mixcoac prehispánico
Adéntrense en un viaje al corazón del México antiguo, un recorrido por la historia que nos susurra secretos desde las entrañas de la tierra. En la vibrante Ciudad de México, entre el bullicio moderno, yace un tesoro oculto: la Zona Arqueológica de Mixcoac. Imaginen un lugar donde el tiempo se detiene, donde las piedras hablan de rituales ancestrales y la tierra guarda la memoria de un pueblo que veneraba a la serpiente de nubes, Mixcóatl.
Este santuario prehispánico, ubicado en la colonia San Pedro de los Pinos, no es solo un conjunto de ruinas, sino un portal que nos conecta con la cosmovisión mexica. Su nombre, derivado del náhuatl, nos transporta a un tiempo en que la Vía Láctea era venerada como la serpiente celestial, y Mixcóatl, dios de la caza y la lluvia, regía los ciclos de la vida. Aunque los primeros susurros de vida en este lugar se remontan al Preclásico Medio, hace más de tres mil años, son las huellas de la época mexica, entre los siglos X y XVI, las que hoy podemos contemplar con asombro.
Imaginen la sorpresa de los primeros urbanistas del siglo XX, cuando al excavar para los cimientos de la ciudad moderna, se toparon con los vestigios de un pasado glorioso. Plataformas, basamentos y fragmentos de cerámica emergieron de la tierra, como si los antiguos habitantes de Mixcoac quisieran recordarnos su presencia. El historiador Francisco Fernández del Castillo, con la agudeza de un detective histórico, descifró el enigma en 1916, identificando el sitio gracias al Mapa de Uppsala de Santa Cruz, un documento cartográfico del siglo XVI.
Mixcoac, no era simplemente un asentamiento, sino un importante centro ceremonial y agrícola. Aquí, en el decimocuarto mes del calendario mexica, Quecholli, se llevaban a cabo rituales en honor a Mixcóatl, incluyendo cacerías sagradas que conectaban a los mexicas con la naturaleza y sus deidades. Visualicen las escenas: el humo de las ofrendas ascendiendo al cielo, el sonido de los caracoles anunciando las ceremonias, la energía vibrante de un pueblo en comunión con lo sagrado.
En octubre de 2019, el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), custodio de la memoria de México, abrió las puertas de Mixcoac al público, convirtiéndolo en la quinta zona arqueológica de la capital. Ahora, podemos caminar por los mismos senderos que recorrieron los antiguos mexicas, admirar la pirámide dedicada a Mixcóatl, contemplar las plataformas ceremoniales y el patio central, restaurados con meticulosidad para preservar este legado invaluable.
Visitar Mixcoac es mucho más que un paseo turístico; es una experiencia transformadora. Es conectar con nuestras raíces, comprender la complejidad de la civilización mexica y maravillarnos ante la sabiduría de un pueblo que supo vivir en armonía con la naturaleza y lo sagrado. La investigación y conservación de este sitio arqueológico nos permite reconstruir el rompecabezas de la historia, descifrar los códigos de la organización política, social y religiosa de los mexicas y, sobre todo, revalorar la riqueza cultural de nuestro pasado. No dejen pasar la oportunidad de adentrarse en este viaje en el tiempo, un viaje al corazón de Mixcoac, donde el pasado nos susurra al oído las historias de un México antiguo y fascinante.
Fuente: El Heraldo de México