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20 de agosto de 2025 a las 02:35
Desbloquea la potencia oculta de tu eléctrico
La industria automotriz está en constante evolución, y la llegada de los modelos eléctricos ha traído consigo no solo nuevas tecnologías de propulsión, sino también innovadores modelos de negocio. Volkswagen ha dado un paso audaz, y quizás controversial, al introducir un sistema de suscripción para desbloquear la potencia total de sus modelos eléctricos ID.3 Pro e ID.3 Pro S. Imaginen: adquieren un vehículo con un motor capaz de entregar 201 caballos de fuerza, suficiente para una conducción ágil y eficiente en la mayoría de las situaciones. Pero, ¿y si de repente necesitan un extra de potencia para un adelantamiento rápido en carretera o simplemente para disfrutar de una experiencia de conducción más deportiva? Aquí es donde entra en juego la suscripción. Por un pago mensual de 400 pesos, o una cuota anual de 4,000 pesos, desbloquean los 27 caballos de fuerza adicionales, llevando la potencia total a 228 caballos.
Este sistema, que ya ha generado debate en el Reino Unido, plantea una pregunta fundamental: ¿estamos dispuestos a pagar una suscripción por funcionalidades que tradicionalmente venían incluidas en el precio del vehículo? Volkswagen argumenta que este modelo ofrece flexibilidad y una alternativa más accesible a la compra de un vehículo de gama superior con mayor potencia de fábrica. Comparan la situación con los motores de combustión interna, donde a menudo se ofrecen diferentes versiones de un mismo motor con distintas potencias, y las versiones más potentes suelen estar asociadas a modelos más caros y equipados.
La justificación de la compañía se centra en la idea de ofrecer una "experiencia de manejo más deportiva" a demanda, sin necesidad de realizar un desembolso inicial mayor. Argumentan que, a lo largo de la vida útil del vehículo, el cliente puede optar por activar o desactivar la suscripción según sus necesidades y presupuesto. Sin embargo, la medida ha sido recibida con escepticismo por parte de algunos consumidores, quienes consideran que se trata de una forma de "cobrar dos veces" por la misma funcionalidad. La idea de pagar una suscripción por algo que se percibe como inherente al vehículo, como la potencia del motor, genera la sensación de que se está limitando artificialmente el potencial del coche.
Además, Volkswagen ha dejado claro que cualquier intento de aumentar la potencia del vehículo por medios no oficiales invalidará la garantía e incluso podría conllevar acciones legales. Esto refuerza la idea de un control total por parte del fabricante sobre el rendimiento del vehículo, lo cual puede ser interpretado como una limitación a la libertad del propietario.
No obstante, Volkswagen no es la única empresa que explora este tipo de modelos de negocio. BMW, por ejemplo, ha experimentado con la suscripción para la calefacción de los asientos, y Polestar, otra marca de vehículos eléctricos, también ofrece mejoras de rendimiento mediante suscripción. Esta tendencia refleja un cambio en la forma en que concebimos la propiedad de un vehículo. ¿Se está moviendo la industria hacia un modelo de "coche como servicio", donde pagamos por el uso de determinadas funcionalidades en lugar de por la propiedad completa del vehículo? El tiempo dirá si este tipo de suscripciones se convierten en la norma o si, por el contrario, los consumidores prefieren mantener el modelo tradicional de compra.
La polémica está servida. La decisión de Volkswagen abre un debate crucial sobre el futuro de la industria automotriz y la relación entre los fabricantes y los consumidores. ¿Hasta dónde estamos dispuestos a llegar en la "suscripciónización" de nuestras vidas? ¿Es este el camino a seguir o una estrategia que, en última instancia, perjudicará al consumidor?
Fuente: El Heraldo de México