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19 de agosto de 2025 a las 09:45

Cuba: ¿Adoctrinamiento 4T en las aulas?

La generosidad, virtud admirable cuando se ejerce con prudencia, se convierte en irresponsabilidad cuando se practica a costa del propio bienestar. Los mexicanos nos encontramos ante una situación paradójica: mientras se destinan miles de millones de pesos a Cuba, nuestras escuelas se desmoronan, nuestros hospitales carecen de insumos básicos y nuestra economía se tambalea. Se nos presenta un panorama donde la solidaridad internacional se antepone a las necesidades apremiantes de nuestra propia población. ¿Es acaso justo que el dinero de los contribuyentes mexicanos, obtenido con esfuerzo y sacrificio, se utilice para financiar la utopía ajena mientras nuestra realidad se tiñe de precariedad?

La cifra de 22 mil millones de pesos, cantidad que según Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad se ha entregado a Cuba en los últimos siete años, resulta escandalosa. Petróleo, alimentos, medicinas, materiales de construcción, tabletas electrónicas e incluso libros de texto, conforman un catálogo de dádivas que bien podrían haberse empleado en paliar las carencias de nuestro propio sistema educativo y de salud. Mientras nuestros jóvenes estudiantes se ven obligados a compartir libros desgastados, se imprimen millones de ejemplares para adoctrinar a los niños cubanos en una narrativa sesgada. ¿Es esta la justicia social que se pregonaba?

La justificación oficial para esta “cooperación” se basa en la supuesta hermandad ideológica y en la nostalgia de una revolución ya caduca. Se apela a la figura romántica de Fidel y el Che, iconos de una utopía que ha mantenido a la isla sumida en la miseria. Sin embargo, ni la nostalgia ni la utopía justifican el despilfarro de recursos públicos en un momento en que México enfrenta desafíos cruciales en materia de salud, educación y seguridad. La solidaridad internacional no puede construirse sobre las ruinas de la propia casa.

El caso de los médicos cubanos es particularmente indignante. Se destinan 2 mil millones de pesos a su traslado, manutención y distribución, mientras nuestros médicos y enfermeras enfrentan condiciones laborales precarias y falta de recursos en hospitales y clínicas. ¿Es acaso más importante financiar la propaganda del régimen cubano que atender las necesidades de nuestra propia población? La respuesta, por desgracia, parece evidente.

Y qué decir de los libros de texto, la cereza del pastel en este festín de despropósitos. 387 millones de pesos para imprimir 15 millones de ejemplares que, lejos de promover el pensamiento crítico, adoctrinan a los niños cubanos en una visión maniquea del mundo, culpando a Estados Unidos de todos los males de la isla. Financiar la propaganda anti-estadounidense del régimen cubano, en un contexto geopolítico tan delicado, es una irresponsabilidad que podría tener consecuencias diplomáticas negativas para México.

En lugar de priorizar la propaganda y el adoctrinamiento ideológico, el gobierno mexicano debería enfocarse en resolver los problemas internos que aquejan a nuestra nación. La educación, la salud y la economía son pilares fundamentales para el desarrollo de cualquier país, y en México se encuentran en un estado lamentable. Es hora de que las autoridades dejen de dilapidar los recursos públicos en proyectos ideológicos y se concentren en atender las necesidades reales de los mexicanos. La verdadera solidaridad comienza en casa.

Fuente: El Heraldo de México