La rivalidad entre Cincinnati y Washington, aunque no tan histórica como otras en la NFL, siempre ha tenido su chispa. Seis años de dominio de los Commanders sobre los Bengals habían añadido un peso extra a este encuentro de pretemporada. Si bien el resultado no cuenta en la clasificación final, la victoria 31-17 inyecta una dosis de confianza necesaria en las filas de Cincinnati, un equipo que aspira a regresar a la élite de la Conferencia Americana.

Este partido fue un claro reflejo del momento que viven ambas franquicias. Washington, tras una temporada pasada sorprendente con la irrupción de Jayden Daniels, parece estar buscando aún su ritmo. Aunque Daniels anotó por tierra, sus suplentes, Josh Johnson y Sam Hartman, no lograron mantener el ímpetu, dejando un sabor agridulce en la ofensiva. La pretemporada sirve precisamente para esto, para pulir las estrategias y evaluar el talento disponible. Los Commanders tendrán que trabajar duro en estas últimas semanas para recuperar la solidez que mostraron el año pasado. ¿Será Daniels capaz de liderar de nuevo a su equipo hacia la gloria o veremos un bajón de rendimiento? El tiempo lo dirá.

En contraste, los Bengals mostraron destellos de la potencia ofensiva que los caracteriza. Joe Burrow, la estrella indiscutible del equipo, encendió el Northwest Stadium con un pase de anotación, recordando a todos por qué estuvo en la conversación para MVP la temporada pasada. Sin embargo, también mostró algunas imprecisiones, errores que en temporada regular podrían costarles caro. La pretemporada es el momento ideal para pulir esos detalles y llegar a la semana uno en plena forma. La actuación de Jake Browning, con dos touchdowns y 159 yardas, fue una grata sorpresa y confirma que puede ser un suplente confiable para Burrow. Este tipo de actuaciones dan tranquilidad al cuerpo técnico y permiten afrontar la temporada con mayor seguridad.

Más allá del marcador, este partido ofrece valiosas lecciones para ambos equipos. Para Washington, la necesidad de consolidar su ataque y encontrar consistencia en sus quarterbacks suplentes. Para Cincinnati, la confirmación de su poderío ofensivo y la tranquilidad de contar con un respaldo sólido para Burrow. La última semana de pretemporada será crucial para ambos. Es el último examen antes del inicio de la temporada regular, la oportunidad de afinar la maquinaria, definir las alineaciones y, sobre todo, mentalizarse para la dura competencia que les espera en la NFL. ¿Lograrán los Bengals mantener este impulso y regresar a los playoffs? ¿Podrán los Commanders reencontrar la magia de la temporada pasada? Las respuestas a estas preguntas comenzarán a desvelarse muy pronto.