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19 de agosto de 2025 a las 19:35
Alerta: Erin y nueva amenaza en el Atlántico
La furia de Erin, el primer huracán categoría 5 de la temporada 2025 en el Atlántico, se deja sentir en las costas este de Estados Unidos. Aunque el ojo del huracán no tocará tierra, su inmenso tamaño, con vientos huracanados extendiéndose hasta 128 km y vientos de tormenta tropical alcanzando los 370 km, genera una amenaza latente. Las olas y marejadas, descritas como "potencialmente mortales" por el Centro Nacional de Huracanes (CNH), azotan las playas, un recordatorio brutal del poder de la naturaleza. Especialmente en los Outer Banks de Carolina del Norte, donde se han emitido alertas de marejada ciclónica y tormenta tropical, la preocupación es palpable. La población se prepara para lo peor, conscientes de que incluso sin un impacto directo, las consecuencias pueden ser devastadoras.
La trayectoria errática de Erin mantiene en vilo a las autoridades y a la población. A pesar de su lento avance, la magnitud del huracán, ahora degradado a categoría 3, sigue siendo motivo de alarma. Las ráfagas de viento, que alcanzan los 205 km/h, son un testimonio de la fuerza de este fenómeno meteorológico. Las islas del Caribe, azotadas previamente por Erin, son un claro ejemplo del poder destructivo del huracán. Las fuertes lluvias y las ráfagas de viento dejaron su huella, un preludio de lo que podría suceder en la costa este.
Más allá del peligro inmediato que representa Erin, la amenaza se multiplica con la formación de dos nuevas zonas de baja presión en el Atlántico, vigiladas de cerca por el CNH. Una de ellas, ubicada en el Atlántico tropical central, tiene un 60% de probabilidades de convertirse en ciclón tropical cerca de las Islas de Sotavento. La otra, frente a las costas de África Occidental, presenta un 30% de probabilidades en los próximos dos días. Este panorama incierto aumenta la tensión y la preocupación en la región. La posibilidad de que se formen nuevas tormentas tropicales o huracanes se suma a la emergencia provocada por Erin, creando un escenario complejo y potencialmente catastrófico.
La incertidumbre es la constante en esta temporada de huracanes. La evolución de Erin y el desarrollo de las nuevas zonas de baja presión son seguidas minuto a minuto por los expertos. La información fluye constantemente, actualizando las predicciones y las medidas de seguridad. Las autoridades instan a la población a mantenerse informada, a seguir las recomendaciones y a prepararse para cualquier eventualidad. La precaución es clave en estos momentos de incertidumbre. La naturaleza, en su imponente y a veces destructiva manifestación, nos recuerda nuestra vulnerabilidad. La preparación y la información son nuestras mejores armas para enfrentar la furia de la temporada de huracanes.
Fuente: El Heraldo de México