
19 de agosto de 2025 a las 21:45
10 Mandamientos en escuelas: ¿Qué cambia el 1 de septiembre?
La entrada en vigor de la "Senate Bill 10" en Texas, programada para el 1 de septiembre, ha desatado una tormenta de controversia al obligar a las escuelas públicas primarias y secundarias a exhibir los Diez Mandamientos en cada aula. Esta medida, impulsada por el gobernador Greg Abbott, ha generado una profunda división en la sociedad texana, enfrentando a quienes la defienden como una reafirmación de los valores morales con quienes la consideran una flagrante violación de la separación entre Iglesia y Estado, principio fundamental consagrado en la Constitución estadounidense. La ley, aprobada en junio pasado, establece requisitos específicos para la exhibición del texto bíblico: un marco, dimensiones mínimas de 16x20 pulgadas para asegurar su visibilidad desde cualquier punto del aula, y la ausencia de anotaciones adicionales. Se permite a las escuelas aceptar donaciones privadas para la adquisición de los textos, e incluso utilizar fondos propios si fuese necesario.
La obligatoriedad de la exhibición ha encendido las alarmas de diversas organizaciones y familias, quienes argumentan que la SB10 impone una perspectiva religiosa específica en un entorno educativo público y diverso. Señalan que la presencia de los Diez Mandamientos en las aulas podría generar un ambiente de exclusión para estudiantes de diferentes creencias, incluyendo a aquellos que pertenecen a otras religiones o que no profesan ninguna. Más allá de la imposición religiosa, se cuestiona la pertinencia de esta medida en un contexto educativo que debería priorizar la formación académica y el desarrollo del pensamiento crítico, argumentando que la SB10 desvía recursos y atención hacia un tema que, por su naturaleza, genera controversia y polarización.
La incertidumbre se cierne sobre la aplicación de la ley, ya que al menos 16 familias han presentado una demanda ante un juez federal para bloquear su implementación, alegando su inconstitucionalidad. El fallo, que se espera antes del 1 de septiembre, se anticipa como un momento crucial que definirá el futuro de esta polémica medida. La tensión es palpable, con la comunidad educativa, padres de familia y organizaciones civiles a la espera de la decisión judicial. Mientras tanto, el debate público continúa, con argumentos apasionados de ambos lados del espectro ideológico. ¿Se trata de una legítima promoción de valores morales o de una imposición religiosa que socava la libertad de conciencia? ¿Fortalecerá la moralidad de los estudiantes o generará un clima de discriminación y exclusión? Estas son las preguntas que resuenan en Texas, a pocos días de la fecha límite.
El caso ha trascendido las fronteras estatales, convirtiéndose en un símbolo de la lucha por la laicidad en la educación pública. Organizaciones nacionales que defienden la separación de Iglesia y Estado han mostrado su apoyo a las familias demandantes, advirtiendo sobre el precedente que podría sentar la aplicación de la SB10. La posibilidad de que otras legislaturas estatales repliquen esta medida preocupa a defensores de la educación laica, que ven en ello una amenaza a la diversidad religiosa y la libertad de conciencia. La decisión del juez federal no solo definirá el futuro de la ley en Texas, sino que también tendrá un impacto significativo en el debate nacional sobre el papel de la religión en la esfera pública. El resultado de este litigio sentará un precedente crucial para futuras controversias similares, y sus consecuencias podrían resonar en el sistema educativo estadounidense durante años.
Fuente: El Heraldo de México