La batalla legal que enfrenta a Maribel Guardia con Imelda Garza Tuñón, viuda de su hijo Julián Figueroa, continúa acaparando la atención mediática. Más allá de la disputa por la custodia del pequeño José Julián, que ya fue otorgada a su madre, se abre un nuevo capítulo en esta historia familiar: la lucha por las visitas y el apoyo económico al menor. Maribel, con la entereza que la caracteriza, ha expresado públicamente su anhelo de compartir con su nieto de "manera digna", un deseo que se ve empañado por las circunstancias actuales.

La decisión de Imelda Garza de rechazar el apoyo económico que Maribel brindaba a su nieto ha añadido un nuevo elemento de complejidad a esta ya tensa situación. La actriz, lejos de desentenderse, ha manifestado su firme intención de retomar esta ayuda tan pronto como las autoridades lo permitan. Su compromiso con el bienestar de José Julián es inquebrantable, y ha dejado claro que está dispuesta a cubrir todos los gastos del niño "con todo su amor", tal como lo venía haciendo.

Recordemos que la chispa que encendió este conflicto fue la preocupación de Maribel por el bienestar de su nieto, temiendo que el supuesto consumo de sustancias por parte de Imelda pudiera afectar al menor. Esta inquietud la llevó a iniciar un proceso legal en busca de la custodia, una decisión que desató un intercambio de acusaciones públicas y una gran expectación mediática.

La filtración de fragmentos de la denuncia presentada por Maribel, donde se especificaba el monto de la ayuda económica que proporcionaba – 22,000 pesos mensuales para gastos personales de Imelda y la manutención de José Julián – avivó aún más la polémica. Este detalle, sin duda, ha generado un intenso debate público sobre las responsabilidades familiares y la transparencia en este tipo de procesos.

Mientras tanto, Maribel se aferra a la esperanza de recuperar la cercanía con su nieto. Para ella, representar la figura paterna que Julián ya no puede ejercer es una prioridad, y anhela poder compartir con José Julián momentos significativos, lejos de la tensión y la formalidad de un "cubículo estresado". La imagen de una abuela luchando por el amor de su nieto conmueve y nos recuerda la importancia de los lazos familiares, especialmente en momentos de adversidad.

El desenlace de esta historia aún está por escribirse. La decisión del juez respecto a las visitas será crucial para el futuro de José Julián y la relación con su abuela. ¿Lograrán Maribel e Imelda dejar de lado sus diferencias por el bienestar del menor? ¿Se restablecerá la armonía familiar? El tiempo y la justicia tendrán la última palabra.