
18 de agosto de 2025 a las 03:30
Ibuprofeno: El síndrome que te puede dejar sin piel
La historia de Aleshia Rogers nos estremece y nos recuerda la fragilidad de la salud y lo impredecible que puede ser nuestro propio cuerpo. Imaginen por un momento: una joven madre de 27 años, con la alegría del nacimiento de su tercer hijo aún fresca, ve su vida tambalearse por una reacción adversa a un medicamento tan común como el ibuprofeno. Un analgésico que muchos de nosotros tenemos en el botiquín de casa, que tomamos para un dolor de cabeza, una fiebre o un malestar menstrual, se convirtió para Aleshia en una pesadilla.
Su experiencia es un recordatorio contundente de la importancia de escuchar a nuestro cuerpo y de la necesidad de una atención médica precisa y oportuna. Aleshia acudió en varias ocasiones a urgencias con síntomas cada vez más alarmantes: fiebre, ardor al tragar, sarpullido, hinchazón en el rostro y dificultad para respirar. Sin embargo, recibió diagnósticos erróneos que retrasaron el tratamiento adecuado y permitieron que la reacción al ibuprofeno se agravara hasta el punto de poner en peligro su vida.
El síndrome de Stevens-Johnson (SSJ), la enfermedad que la afectó, es una rara pero grave reacción cutánea que puede desencadenarse por medicamentos como el ibuprofeno. En el caso de Aleshia, la reacción fue tan severa que evolucionó a necrólisis epidérmica tóxica, una forma aún más grave de SSJ. Su piel, el órgano más grande del cuerpo, comenzó a desprenderse como si fuera papel quemado, dejándola vulnerable a infecciones y complicaciones.
La imagen de una persona perdiendo el 95% de su piel es desgarradora. Imaginen el dolor, la angustia, la incertidumbre. Aleshia pasó 21 días en coma, luchando por su vida, mientras su familia se aferraba a la esperanza con el corazón en un puño. Les dijeron que tenía solo un 10% de posibilidades de sobrevivir. Un porcentaje que, en la ruleta rusa de la vida, se convirtió en una segunda oportunidad.
Cinco años después de esta terrible experiencia, Aleshia sigue recuperándose de las secuelas del SSJ. Su historia no solo nos alerta sobre los riesgos potenciales de los medicamentos, incluso aquellos de venta libre, sino que también nos habla de la resiliencia del espíritu humano, de la capacidad de luchar y de sobreponerse a las adversidades.
Es crucial que, como pacientes, estemos informados sobre los medicamentos que tomamos, sus posibles efectos secundarios y la importancia de reportar cualquier reacción inusual a nuestro médico. También es fundamental que los profesionales de la salud estén alerta a la posibilidad de reacciones adversas raras, como el SSJ, y que actúen con rapidez y precisión para minimizar el daño.
La historia de Aleshia Rogers no debe quedar en el olvido. Debe servir como un llamado a la acción para mejorar la seguridad de los pacientes, para promover la investigación sobre enfermedades raras y para recordar que, detrás de cada estadística, hay una persona, una familia, una vida que merece ser protegida.
Fuente: El Heraldo de México