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18 de agosto de 2025 a las 09:15

Domina tu dinero: Fin al despilfarro

La sombra del populismo se cierne sobre las arcas públicas, y en México, los gobiernos de Morena parecen haber perfeccionado el arte del despilfarro. No se trata simplemente de gastar, sino de dilapidar con una alegría que raya en la irresponsabilidad. El dinero de los mexicanos, ese que con tanto esfuerzo se recauda, se desvanece en proyectos faraónicos mal planificados, en caprichos presidenciales que cuestan miles de millones, y en una espiral de deuda que amenaza con ahogarnos a todos.

Tomemos como ejemplo el Tren Maya, esa promesa de desarrollo que se ha convertido en un pozo sin fondo. De los 120 mil millones de pesos inicialmente presupuestados, hemos pasado a una cifra que supera los 500 mil millones, y la obra sigue inconclusa. ¿Dónde está la austeridad? ¿Dónde está la eficiencia? Lo único que vemos es un agujero negro que absorbe recursos y que, día tras día, genera pérdidas. Una obra cuatro veces más cara de lo prometido, un récord de despilfarro en la historia moderna de México.

Y qué decir de Dos Bocas, esa refinería que se suponía iba a ser la joya de la corona energética. Otro ejemplo de mala planificación, otro monumento al gasto desmedido. De los 8 mil millones de dólares iniciales, ya se han gastado más de 20 mil millones, y la refinería, tres años después de su "inauguración", sigue sin producir una sola gota de gasolina comercializable. Un barril sin fondo, una inversión que se evapora sin dejar rastro, mientras los mexicanos seguimos pagando la factura.

El Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA), nacido de un capricho presidencial, es otro ejemplo de la irresponsabilidad que caracteriza a este gobierno. La cancelación del aeropuerto de Texcoco, una obra con un avance del 30% y una inversión cercana a los 300 mil millones de pesos, no solo nos costó lo ya invertido, sino también más de 113 mil millones adicionales en indemnizaciones y costos financieros. Un despilfarro histórico justificado con acusaciones de corrupción que nunca se comprobaron. Y mientras tanto, el AIFA, una obra innecesaria y mal ubicada, sigue generando pérdidas diarias.

La pregunta que todos nos hacemos es: ¿dónde está la rendición de cuentas? El gobierno actual no ha cuestionado ni investigado el despilfarro en estas obras. Al contrario, parece empeñado en seguir por el mismo camino, ignorando las voces de alerta y las críticas de la sociedad. Un gobierno que no escucha, como bien decía Octavio Paz, termina hablando solo.

La deuda pública, la más grande en la historia de nuestro país, es el resultado directo de esta política de despilfarro. Un endeudamiento masivo que hipoteca nuestro futuro y que, al final, tendremos que pagar todos los mexicanos. La historia se repite, la historia de los gobiernos populistas que prometen mucho y cumplen poco, que gastan sin control y nos dejan sumidos en la crisis. Morena prometió acabar con la corrupción, pero lo único que ha logrado es acabar con el sentido común. No son austeros, son despilfarradores, y la factura, tarde o temprano, nos llegará a todos. Es hora de exigir transparencia, es hora de exigir responsabilidad, es hora de poner un alto al despilfarro. El futuro de México está en juego.

Fuente: El Heraldo de México