La tranquilidad de la madrugada del 16 de agosto se vio brutalmente interrumpida para el presidente de misión mormón, Tyler Wallis, y su esposa, Elizabeth, en su hogar en la Ciudad de México. Un intruso, presuntamente con intenciones de robo, irrumpió en la residencia de la pareja, ubicada en una comunidad a la que se habían mudado hacía apenas dos meses, y abrió fuego contra Wallis. La pesadilla se desató alrededor de las 3:00 am, mientras la pareja dormía.

El impacto de bala, proveniente de un arma calibre 9 mm, alcanzó a Tyler justo debajo del esternón, penetrando algunos centímetros en su cuerpo. La noticia, que corrió como la pólvora a través de las redes sociales gracias a un angustiado mensaje de Elizabeth a sus familiares, generó una ola de preocupación y oraciones por la salud del religioso. “Necesitamos oraciones de inmediato”, imploraba el mensaje. “Un ladrón entró en nuestra casa y Tyler recibió dos disparos”. La incertidumbre y el miedo se apoderaron de quienes conocían a la pareja.

Sin embargo, lo que inicialmente parecía una tragedia inminente se transformó en un testimonio de resiliencia y, para algunos, un milagro. A pesar de la gravedad de la herida, la trayectoria de la bala evitó dañar órganos vitales, un hecho que familiares y amigos no dudaron en calificar como una intervención divina. Elizabeth, ilesa en el ataque, se convirtió en el pilar de fortaleza para su esposo, alertando a la familia y coordinando la asistencia médica que rápidamente llegó al lugar.

Tyler fue trasladado de urgencia a un hospital local en la Ciudad de México, donde los médicos lograron estabilizarlo y confirmaron que su recuperación se desarrollaba favorablemente. La noticia trajo un suspiro de alivio a la comunidad mormona, tanto en México como en Estados Unidos, donde la pareja es originaria de Orlando, Florida, y tiene cuatro hijos.

La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días emitió un comunicado confirmando el incidente y asegurando que se mantenía en contacto permanente con las autoridades locales para colaborar en la investigación. Además, destacaron el apoyo que la Presidencia de Área México estaba brindando a la pareja en estos momentos difíciles, confirmando que todos los misioneros bajo su cargo se encontraban a salvo.

El eco de la solidaridad no se hizo esperar. Mensajes de apoyo y deseos de pronta recuperación inundaron las redes sociales, provenientes de amigos, familiares y miembros de la iglesia. Madeleine, una de las hijas de la pareja, expresó públicamente su gratitud por las muestras de cariño y las oraciones recibidas, confirmando el buen estado de su padre.

Este incidente no solo ha conmocionado a la comunidad religiosa, sino que también ha puesto de manifiesto la vulnerabilidad que puede existir incluso en los entornos que consideramos seguros. La historia de Tyler y Elizabeth Wallis nos recuerda la importancia de la unidad y la fe en momentos de adversidad, y cómo la fuerza del espíritu humano puede sobreponerse incluso a las circunstancias más difíciles. Mientras Tyler continúa su recuperación, la comunidad mormona se mantiene unida en oración, esperando su pronto regreso a la misión que emprendió con tanta ilusión junto a su esposa. Elizabeth, quien además de acompañar a su esposo en su labor religiosa se desempeña como coach de vida especializada en ayudar a padres de niños con ansiedad, seguramente encontrará en esta experiencia una nueva fuente de inspiración para continuar con su misión de brindar apoyo emocional a las familias. La nueva etapa que comenzaron el 1 de julio en la Ciudad de México, llena de entusiasmo y expectativas, se vio momentáneamente interrumpida por la violencia, pero la fortaleza de su fe y el apoyo de su comunidad les ayudarán a retomar el camino y continuar con su labor.