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17 de agosto de 2025 a las 07:35

Cortés triunfa y acecha el mundial

La Arena Azteca vibró con la maestría pugilística de Argi Cortés. El mexicano, con la sabiduría de un veterano a pesar de su juventud, desmanteló pieza por pieza la estrategia del aguerrido colombiano Bairon Rodríguez. No fue un paseo triunfal, sino una demostración de inteligencia, paciencia y una precisión quirúrgica en cada golpe. Rodríguez, un guerrero incansable, llegó a la Ciudad de México con la sed de victoria en sus puños. Desde el primer campanazo, buscó imponer su ritmo, lanzando combinaciones que ponían a prueba la defensa de Cortés. Sin embargo, el pupilo de "Nacho" Beristáin, como un ajedrecista que anticipa los movimientos de su oponente, supo neutralizar la ofensiva colombiana. La altitud de la capital mexicana, un factor invisible pero implacable, comenzó a minar la resistencia de Rodríguez. El aire se hacía escaso en sus pulmones, sus piernas perdían explosividad, y sus golpes, antes potentes, se convertían en sombras de lo que fueron.

Cortés, con la serenidad del que conoce su terreno, aprovechó el declive de su rival. Sus golpes, certeros como dardos, encontraban su objetivo una y otra vez. No buscaba el nocaut, sino el dominio absoluto del cuadrilátero, una lección magistral de boxeo que fue aplaudida por la afición presente. Las tarjetas de los jueces, unánimes en su veredicto, reflejaron la superioridad del mexicano: 99-91, 99-91 y 98-92. Una victoria contundente que lo acerca un paso más a su sueño dorado: un título mundial.

"Fue un gran reto, Bairon me exigió al máximo", declaró Cortés con la humildad que caracteriza a los grandes. Reconoció el valor de su oponente y la importancia de la preparación bajo la tutela de Beristáin, un maestro en el arte de forjar campeones. La mirada de Cortés, sin embargo, ya está puesta en el horizonte. Su próximo objetivo es Wilebaldo Rodríguez, el actual campeón mundial supermosca de la FIB. Un duelo entre mexicanos, una batalla por la supremacía nacional en la división, un espectáculo que promete encender la pasión de los aficionados.

La cancelación de la pelea contra el australiano Andrew Moloney, prevista para el mes pasado, fue un revés momentáneo, una piedra en el camino que no hizo más que fortalecer la determinación de Cortés. Ahora, con la victoria sobre Bairon Rodríguez como impulso, se prepara para el desafío más grande de su carrera. El cinturón de campeón mundial, un anhelo que ha perseguido con tenacidad y disciplina, está más cerca que nunca. La afición mexicana espera con ansias el día en que Argi Cortés, el guerrero silencioso de la Arena Azteca, se corone como el nuevo rey de la división supermosca. Su talento, su dedicación y su hambre de gloria lo convierten en un digno aspirante al trono. El futuro del boxeo mexicano, sin duda, está en buenas manos.

Fuente: El Heraldo de México