
18 de agosto de 2025 a las 02:35
Celos asesinos: Mujer arrolla a novia de su ex
La furia desatada en las calles de Tuxtla Gutiérrez la noche del 14 de agosto ha dejado una profunda cicatriz en la comunidad. Ximena, una joven de apenas 22 años, llena de sueños y con la vida por delante, se convirtió en víctima de una violencia brutal que ha conmocionado a la sociedad chiapaneca. Al salir de su negocio, en el corazón de la ciudad, fue embestida por una camioneta BMW conducida por Jovana, expareja de su actual novio. La imagen de Ximena prensada contra otro vehículo, la crudeza del metal retorcido contra su frágil cuerpo, se ha convertido en un símbolo de la vulnerabilidad que enfrentan muchas mujeres.
Este no fue un simple accidente. Las autoridades, tras una rápida detención de la presunta responsable, investigan el caso como feminicidio en grado de tentativa, un delito que refleja la oscura realidad de la violencia de género en nuestro país. El hecho de que inicialmente se catalogara como "lesiones graves" y luego se reclasificara tras conocerse la relación entre ambas mujeres, pone en evidencia la necesidad de una perspectiva de género en la investigación de estos crímenes. ¿Cuántas veces se minimiza la violencia contra las mujeres por falta de esta perspectiva?
Las heridas físicas de Ximena son devastadoras: fracturas de columna, pelvis, pierna derecha, estallamiento de la matriz, pérdida de la dentadura. Cada una de estas lesiones es un testimonio del brutal ataque que sufrió. Pero más allá del dolor físico, se encuentra el daño emocional, el trauma que la marcará para siempre. Ximena, una joven modelo con un futuro prometedor, ahora lucha por su vida en un hospital de alta especialidad. Su madre, con el corazón destrozado, ha alzado la voz en redes sociales, denunciando la ineficacia de las autoridades ante las amenazas previas que su hija había recibido. ¿Cuántas veces las mujeres deben gritar auxilio antes de ser escuchadas?
Este caso no es un hecho aislado. Es un reflejo de una sociedad donde la violencia contra las mujeres sigue siendo una lacerante realidad. Las amenazas que Ximena recibió durante un año, tras el inicio de su relación con Josué "N", expareja de Jovana, son un claro ejemplo del acoso y la intimidación a la que muchas mujeres se ven sometidas. La impunidad que la presunta agresora parecía disfrutar, al no ver consecuencias por sus actos, es un llamado urgente a la justicia.
La historia de Ximena nos exige reflexionar sobre la importancia de la prevención y la atención a la violencia de género. Necesitamos fortalecer los mecanismos de protección para las mujeres que se encuentran en situaciones de riesgo, y garantizar que sus denuncias sean escuchadas y atendidas con la seriedad que merecen. No podemos permitir que más mujeres sufran la violencia machista. La vida de Ximena pende de un hilo, y su caso debe ser un punto de inflexión para construir una sociedad más justa y segura para todas las mujeres. La justicia para Ximena es justicia para todas.
Fuente: El Heraldo de México