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17 de agosto de 2025 a las 03:10

Bartlett y Abdalá libres de bloqueos

En un giro inesperado que ha sacudido el panorama político y financiero del país, la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) ha confirmado el congelamiento de las cuentas e inversiones de León Manuel Bartlett Álvarez y Julia Abdalá Lemus, hijo y pareja, respectivamente, del exdirector de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), Manuel Bartlett Díaz. Esta noticia, que ha corrido como la pólvora en redes sociales y medios de comunicación, ha generado una oleada de especulaciones y debates sobre las implicaciones de esta decisión y su posible conexión con investigaciones pasadas.

Si bien el Gabinete de Seguridad, a través de su cuenta oficial en X (antes Twitter), ha negado que Bartlett Álvarez y Abdalá Lemus se encuentren en la Lista de Personas Bloqueadas (LPB), la confirmación del congelamiento de sus activos por parte de la UIF plantea interrogantes cruciales. ¿Qué significa esta aparente contradicción? ¿Existe una diferencia técnica entre el bloqueo de cuentas y la inclusión en la LPB? La falta de claridad al respecto alimenta la incertidumbre y exige una explicación detallada por parte de las autoridades competentes.

La revelación inicial, a cargo del periodista Salvador García Soto en su columna para El Universal, vincula la acción de la UIF con una investigación en torno a la presunta participación de Manuel Bartlett Díaz en el asesinato del agente de la DEA, Enrique Camarena, en 1985. Un caso que, décadas después, continúa generando controversia y que ha marcado profundamente las relaciones entre México y Estados Unidos. Si bien la UIF no ha confirmado explícitamente esta conexión, la coincidencia temporal y la magnitud de la medida tomada contra los familiares de Bartlett Díaz inevitablemente levantan sospechas y exigen una investigación exhaustiva y transparente.

La figura de Manuel Bartlett Díaz, una de las más controvertidas del panorama político mexicano, vuelve a estar en el ojo del huracán. Su larga trayectoria política, plagada de acusaciones de corrupción e irregularidades, ha sido objeto de escrutinio público en repetidas ocasiones. Este nuevo episodio, sin duda, reavivará el debate sobre la impunidad y la rendición de cuentas en el país.

Mientras tanto, la opinión pública se mantiene expectante, demandando información precisa y veraz. ¿Cuál es el alcance real de la investigación? ¿Qué pruebas sustentan la decisión de la UIF? ¿Se trata de un ajuste de cuentas político o de un auténtico esfuerzo por combatir la corrupción? Estas son solo algunas de las preguntas que resuenan en la sociedad mexicana y que exigen una respuesta pronta y convincente por parte de las autoridades. El silencio y la opacidad solo alimentan la desconfianza y la especulación.

En los próximos días, sin duda, se intensificará el seguimiento de este caso. Los medios de comunicación, las redes sociales y la ciudadanía en general estarán atentos a cada detalle, analizando cada declaración y buscando respuestas en medio de un complejo entramado de poder e intereses. El futuro político de Manuel Bartlett Díaz y el destino de sus familiares dependerán, en gran medida, del desarrollo de esta investigación y de la transparencia con la que se maneje la información. La sociedad mexicana exige justicia y verdad.

Fuente: El Heraldo de México