La noche del 16 de agosto se tiñó de angustia en la alegre atmósfera de la Gran Feria de la Manzana en Zacatlán. Lo que prometía ser una velada de diversión y esparcimiento se transformó en una escena de tensión e incertidumbre cuando un fallo mecánico en uno de los juegos dejó a ocho personas suspendidas en el aire, a merced del imponente péndulo que, aunque aparentemente trabado, continuaba con ligeros y amenazantes movimientos.

Imaginen la escena: la música festiva se desvanece, reemplazada por los gritos de preocupación de la multitud que, impotente, observaba cómo el juego mecánico se convertía en una trampa para sus ocupantes. El tiempo se estiraba, cada minuto una eternidad para quienes colgaban en la incierta oscuridad, y para sus familiares y amigos que aguardaban con el corazón en un puño. Las luces de la feria, antes símbolo de alegría, ahora iluminaban un escenario de angustia. La Gran Feria de la Manzana, usualmente un espacio de risas y algarabía, se convertía en el escenario de una pesadilla.

Las redes sociales, ese termómetro de la actualidad, no tardaron en reflejar la magnitud del incidente. Videos grabados por testigos presenciales inundaron las plataformas, mostrando la fragilidad de la situación y la desesperación de los atrapados. La viralización de las imágenes no solo informaba, sino que también amplificaba la preocupación colectiva, convirtiendo el incidente local en una noticia nacional.

Afortunadamente, la pronta respuesta de las autoridades evitó que la tragedia se consumara. La Dirección de Protección Civil y Bomberos, con la eficiencia que exige la situación, se desplegó en el Recinto Ferial. Sus movimientos, precisos y coordinados, transmitían una sensación de control en medio del caos. Cada maniobra, cada paso, estaba dictado por los protocolos de seguridad y rescate, con el único objetivo de devolver la seguridad a los afectados.

La espera, aunque angustiosa, culminó con el rescate de las ocho personas. Trasladadas al Hospital General, recibieron la atención médica necesaria para descartar cualquier tipo de lesión. La incertidumbre sobre su estado de salud mantuvo en vilo a la comunidad hasta la mañana siguiente, cuando se confirmó que, afortunadamente, todos se encontraban bien. Un suspiro colectivo de alivio recorrió Zacatlán.

Sin embargo, el incidente deja importantes interrogantes. ¿Qué falló en el juego mecánico? ¿Se llevaron a cabo las revisiones de seguridad pertinentes? Eduardo Zurita Hernández, director de Protección Civil, ha asegurado que se está realizando un dictamen exhaustivo para determinar las causas del fallo y aplicar las cláusulas del seguro de responsabilidad civil. Es fundamental que se esclarezcan las circunstancias del incidente para evitar que se repita en el futuro y garantizar la seguridad de quienes asisten a estos espacios de recreación.

Este incidente nos recuerda la importancia de la seguridad en los parques de atracciones. Las revisiones periódicas, el cumplimiento de los protocolos y la capacitación del personal son elementos cruciales para prevenir accidentes y garantizar la tranquilidad de los usuarios. La diversión no debe estar reñida con la seguridad. La Gran Feria de la Manzana, un evento tradicional que celebra la riqueza de la región, debe aprender de esta experiencia y reforzar sus medidas de seguridad para que futuras ediciones estén libres de incidentes similares. La alegría de la feria no debe verse empañada por el temor a la falla mecánica.