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16 de agosto de 2025 a las 04:15

Metro CDMX: Humedad causó corto en Línea 2

La tarde del jueves, el corazón del Metro de la Ciudad de México, en la interestación Zócalo-Pino Suárez de la Línea 2, latió con la inquietud de un posible desastre. La densa humareda que se extendió por los andenes, obligando al desalojo de aproximadamente 1400 pasajeros, encendió las alarmas y trajo a la memoria la constante preocupación por la seguridad en este vital sistema de transporte. El secretario de Movilidad, Héctor Ulises García Nieto, se apresuró a explicar la causa del incidente: el desgaste de un bloque de aislamiento en la barra guía, exacerbado por la persistente humedad de las recientes lluvias. Un factor, este último, que se ha convertido en un fantasma recurrente en la narrativa de las fallas del Metro.

Imaginen la escena: la hora pico, miles de personas transitando apresuradas por los pasillos del subterráneo, y de pronto, la irrupción del humo, el pánico contenido, la incertidumbre. El protocolo de Protección Civil se activó de inmediato, guiando a los pasajeros a través de los túneles, en una evacuación que, aunque ordenada, sin duda dejó una huella de inquietud en quienes la vivieron. La imagen de los usuarios caminando por las vías, capturada en videos que rápidamente circularon en redes sociales, es un testimonio gráfico de la vulnerabilidad que a veces experimentamos en la vorágine urbana.

Las explicaciones técnicas, aunque necesarias, no siempre alcanzan a disipar la sensación de inseguridad. La barra guía, con sus 750 watts de potencia, se convirtió en protagonista de un cortocircuito que, aunque aparentemente derivado del "desgaste natural", puso en evidencia la fragilidad del sistema. El polvo químico de los extintores, la intervención de los técnicos de baja tensión, las dos horas de reparaciones, todo contribuyó a crear un clima de tensión.

Y es que, la lluvia, ese elemento natural que debería ser sinónimo de vida, se ha transformado en un factor de riesgo para el Metro. La humedad, insinuándose en las grietas y fisuras, se convierte en un enemigo silencioso que agrava las fallas preexistentes. La jefa de Gobierno, Clara Brugada, intentó tranquilizar a la ciudadanía, asegurando que no se trataba de una "situación grave", pero al mismo tiempo anunció el reforzamiento de las intervenciones programadas en el sistema de tracción y alimentación, los elementos de aislamiento, la red contra incendios y la iluminación en el túnel. Mencionó, además, un programa de impermeabilización iniciado hace un mes, una medida que parece llegar tarde para muchos.

La pregunta que queda en el aire es: ¿cuánto tiempo más seguirá la lluvia siendo una amenaza para el Metro? La necesidad de un mantenimiento preventivo y eficaz se vuelve evidente. No se trata solo de reparar las fallas después de que ocurren, sino de anticiparse a ellas, de garantizar la seguridad de los millones de usuarios que diariamente confían en este medio de transporte. El incidente en la Línea 2 es un recordatorio de la importancia de invertir en infraestructura y en la modernización del sistema, para que el Metro deje de ser noticia por sus fallas y vuelva a ser sinónimo de eficiencia y seguridad.

Fuente: El Heraldo de México