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16 de agosto de 2025 a las 04:30
Doble arcoíris sorprende a la CDMX
La magia de la naturaleza nos regaló un espectáculo doble este viernes 15 de agosto, pintando el cielo con la belleza efímera de dos arcoíris, uno en el corazón de la vibrante Ciudad de México y otro en la histórica tierra de Campeche. Un fenómeno que, aunque explicado por la ciencia, nunca deja de maravillarnos y evocar un sentimiento de asombro y esperanza. Las redes sociales se inundaron de color gracias a la generosidad de Liz Serrano y Miguel Espinosa, quienes compartieron con el Heraldo de México las impresionantes imágenes y videos de este evento. Sus capturas, convertidas ya en postales digitales, nos permiten apreciar la majestuosidad de estos arcos multicolores extendiéndose sobre paisajes tan distintos, pero unidos por este fenómeno atmosférico.
La Ciudad de México, con su característico horizonte de edificios y su cielo a menudo gris, se vistió de gala con un arcoíris que contrastaba con la jungla de asfalto. Imaginen la escena: el bullicio citadino silenciado por un instante, las miradas alzadas al cielo, las cámaras de los celulares capturando la fugaz belleza del momento. Un arcoíris que, sin duda, trajo consigo una pausa de color y asombro en medio del ritmo frenético de la capital. Desde las azoteas, las ventanas, los parques, la gente compartía la misma experiencia, un recordatorio de la belleza que se esconde incluso en los lugares más urbanos.
Por otro lado, en Campeche, tierra de mayas y piratas, el arcoíris se dibujó sobre un paisaje completamente distinto. La exuberante vegetación, el aire cálido y húmedo, y la rica historia de la región, crearon un escenario único para este fenómeno natural. Quizás sobre las ruinas mayas, quizás sobre la costa esmeralda del Golfo de México, este arcoíris campechano evocó la magia y el misticismo de una tierra llena de leyendas. Imaginen el arcoíris extendiéndose sobre las antiguas piedras, como un puente entre el pasado y el presente, un susurro de los dioses mayas recordándonos la conexión profunda entre la naturaleza y la humanidad.
La aparición simultánea de estos dos arcoíris nos invita a reflexionar sobre la vastedad y la belleza de nuestro planeta. Dos lugares tan diferentes, unidos por el mismo fenómeno, un recordatorio de que, a pesar de las distancias y las diferencias, compartimos un mismo cielo, un mismo planeta. Gracias a las imágenes compartidas, podemos apreciar la singularidad de cada arcoíris, la forma en que interactúan con el entorno, cómo transforman el paisaje por unos instantes mágicos.
Este evento nos recuerda también la importancia de observar, de apreciar los pequeños milagros que nos ofrece la naturaleza a diario. En un mundo cada vez más digitalizado, a veces olvidamos levantar la vista y maravillarnos con la belleza que nos rodea. Liz Serrano y Miguel Espinosa, al compartir sus fotografías y videos, nos invitan a reconectar con esa capacidad de asombro, a recordar que la magia existe, incluso en un día común y corriente.
¿Cuántos de nosotros hemos visto un arcoíris y hemos sentido una chispa de alegría, de esperanza? Este doble arcoíris, capturado en imágenes y compartido con el mundo, es un regalo, un recordatorio de la belleza efímera que nos rodea y de la importancia de compartir esos momentos con los demás. Un fenómeno que, aunque explicado por la ciencia, siempre tendrá un halo de magia y misterio, un recordatorio de la grandeza y la imprevisibilidad de la naturaleza. Un evento que nos une, nos conecta y nos recuerda la belleza que podemos encontrar si tan solo nos detenemos a observar.
Fuente: El Heraldo de México