El pánico se apoderó de los visitantes de Plaza La Cúspide la noche del viernes 15 de agosto. Lo que comenzó como una tarde normal de compras y entretenimiento se transformó en una escena de terror cuando se desató una balacera a las afueras del centro comercial, ubicado en la exclusiva zona de Lomas Verdes, Naucalpan. El sonido de las detonaciones resonó entre los locales, provocando una estampida de personas que buscaban refugio. Mesas volcadas, objetos personales abandonados y el llanto de niños se entremezclaban con los gritos de quienes intentaban comprender lo que sucedía. El eco de los disparos aún retumbaba en el aire cuando las primeras sirenas de las patrullas comenzaron a acercarse al lugar.

La confusión y la incertidumbre reinaban en esos primeros momentos. Los rumores se propagaban como la pólvora, amplificados por el miedo y la adrenalina. Algunos hablaban de un intento de asalto, otros de un ajuste de cuentas. Las redes sociales se convirtieron en el canal de escape para quienes, atrapados dentro del centro comercial o en sus alrededores, buscaban información y contacto con sus seres queridos. Imágenes y videos captados con teléfonos móviles mostraban la magnitud del caos: rostros desencajados, corridas desesperadas, la angustia palpable en cada gesto.

Las autoridades, a través de la cuenta de Twitter del gobierno de Naucalpan (@GobNau), inicialmente mantuvieron un silencio que aumentaba la inquietud. La pregunta “¿Y las autoridades de @GobNau?” se repetía una y otra vez en la red social, convirtiéndose en un grito desesperado de auxilio y una clara muestra de la incertidumbre que se vivía. Finalmente, horas después del incidente, se emitió un comunicado confirmando la balacera y el lamentable saldo preliminar de dos personas fallecidas. Se informó también del despliegue de un operativo de seguridad en la zona para dar con los responsables.

Sin embargo, la escueta información oficial no logró calmar la ansiedad de la población. La falta de detalles sobre las circunstancias del tiroteo y la identidad de las víctimas generó una ola de especulaciones y cuestionamientos sobre la seguridad en la zona. Vecinos de Lomas Verdes expresaron su preocupación por el incremento de la violencia en el municipio, exigiendo a las autoridades medidas más efectivas para garantizar la tranquilidad de los ciudadanos.

La balacera en Plaza La Cúspide no es un hecho aislado. Se suma a una serie de incidentes violentos que han sacudido a Naucalpan en los últimos meses, poniendo en evidencia la fragilidad de la seguridad pública y la necesidad de una estrategia integral que aborde las causas de fondo de la delincuencia. Mientras tanto, la comunidad se mantiene en vilo, exigiendo justicia para las víctimas y respuestas concretas por parte de las autoridades. La noche del 15 de agosto quedará grabada en la memoria colectiva como un recordatorio de la violencia que acecha y la urgencia de construir un entorno más seguro para todos.