
16 de agosto de 2025 a las 19:40
Antonio, velador, ¿asesino de Alma?
La tragedia ha golpeado a la colonia Narvarte, dejando una profunda herida en la comunidad y una estela de preguntas sin respuesta. El hallazgo del cuerpo de Alma Elena Sánchez, una joven de 30 años originaria de Chiapas, en el interior de una pared en una obra en construcción, ha conmocionado a la Ciudad de México. La brutalidad del crimen, el intento de ocultar el cuerpo “enmurallándolo” con cemento fresco, habla de una crueldad que estremece e indigna. Más allá de las frías paredes de la investigación, se vislumbra la historia de una mujer trabajadora, llena de vida, que mantenía un contacto constante con su familia. Sus mensajes diarios, prueba de su amor y responsabilidad, se convirtieron en un silencio desgarrador a partir de junio, un silencio que culminó con el terrible descubrimiento.
La imagen de Alma Elena, dibujada con el cariño y la admiración de su tía María del Rosario Sánchez, contrasta dramáticamente con la crudeza del escenario del crimen. “Una niña alegre, feliz, con nadie se mete, una niña que si le pides la mano te da la mano, una niña respetuosa”, palabras que resuenan con la fuerza de la inocencia arrebatada, con la injusticia que clama por justicia.
El velador del edificio, ahora principal sospechoso y con quien, según las investigaciones, Alma Elena mantenía una relación, se ha convertido en el foco de la búsqueda. Su desaparición tras el descubrimiento del cuerpo añade una capa más de misterio y urgencia al caso. ¿Qué lo motivó a cometer semejante atrocidad? ¿Dónde se esconde? Las autoridades capitalinas tienen la responsabilidad de responder a estas preguntas, de capturar al presunto feminicida y de presentarlo ante la justicia.
La preocupación de los vecinos, como Adriana, refleja el temor que se ha instalado en la colonia Narvarte. La seguridad, un derecho fundamental, se ve vulnerada por la sombra de la violencia. El edificio en construcción, ahora un escenario macabro, se convierte en un símbolo de la fragilidad de la vida y en un recordatorio de la necesidad de fortalecer las medidas de seguridad en la comunidad. ¿Qué otros secretos esconde ese edificio? ¿Qué otros hechos delictivos han pasado desapercibidos? La Fiscalía, al asegurar el inmueble, tiene la obligación de realizar una investigación exhaustiva, de despejar todas las dudas y de garantizar la tranquilidad de los vecinos.
El caso de Alma Elena Sánchez no es un caso aislado. Es un reflejo de la violencia de género que azota a nuestro país, una violencia que se ensaña con las mujeres y que nos exige, como sociedad, una respuesta contundente. No podemos permitir que la impunidad se imponga, que el miedo nos paralice. Debemos exigir justicia para Alma Elena, para todas las víctimas de feminicidio, y trabajar incansablemente para construir una sociedad donde las mujeres puedan vivir libres y seguras. La memoria de Alma Elena debe ser un motor para la transformación, un llamado a la acción para que ninguna otra mujer sufra su trágico destino.
Fuente: El Heraldo de México