La zozobra que se cernía sobre la familia de Alma Elena Sánchez Marcelo desde su desaparición el pasado 10 de mayo, lamentablemente se ha transformado en una desgarradora confirmación. El hallazgo de un cuerpo sin vida en un predio en construcción en la colonia Narvarte, alcaldía Venustiano Carranza, ha despertado la más profunda consternación. Las características del cuerpo, incluyendo una cicatriz en el antebrazo derecho, la ausencia de tres dedos en la mano derecha y un tatuaje en el meñique izquierdo que reza "Sentimiento, elegancia", coinciden con las señas particulares de Alma, la joven de 30 años que llegó a la capital desde Chiapas con la esperanza de un futuro mejor.

La Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México (FGJCDMX) trabaja a contrarreloj en el edificio 104 de la calle Zempoala, donde peritos forenses recolectan meticulosamente cada pieza de evidencia que pueda arrojar luz sobre este trágico suceso. El silencio que alguna vez acompañó el bullicio de la construcción, ahora es un mudo testigo de la tragedia. La obra, destinada a la edificación de 23 viviendas bajo un programa independiente, ha quedado paralizada, su futuro incierto, eclipsado por la sombra de la muerte.

La noticia ha golpeado con fuerza a la comunidad chiapaneca, de donde Alma partió en busca de oportunidades que le permitieran labrarse un camino. Su anhelo de superación se vio truncado de la manera más cruel. La denuncia interpuesta por sus familiares ante el Ministerio Público, tras perder contacto con ella días después de su llegada a la Ciudad de México, resonaba con la angustia de una familia que presentía lo peor.

El macabro descubrimiento del cuerpo, según informes preliminares, se produjo dentro de una muralla del predio en construcción. Esta circunstancia escalofriante sugiere la premeditación del crimen y la intención del perpetrador de ocultar su atroz acto. El tiempo transcurrido desde la desaparición de Alma hasta el hallazgo de los restos, posiblemente meses, añade una capa adicional de complejidad a la investigación.

Las autoridades, en su incansable búsqueda de justicia, han centrado sus pesquisas en un albañil que trabajaba en la obra. Si bien aún no se ha confirmado su culpabilidad, la línea de investigación apunta hacia él como el principal sospechoso. La Fiscalía no ha escatimado esfuerzos en la recopilación de pruebas y testimonios que permitan esclarecer los hechos y llevar al responsable ante la justicia.

La tragedia de Alma Elena Sánchez Marcelo es un crudo recordatorio de la vulnerabilidad que enfrentan muchas personas en la búsqueda de una vida mejor. Su historia conmueve a la sociedad y exige una respuesta contundente por parte de las autoridades. La esperanza de sus familiares y de toda una comunidad reside ahora en que se haga justicia y se esclarezca la verdad detrás de este doloroso episodio. La investigación continúa, y la ciudad espera con ansias el desenlace de este caso que ha conmocionado a todos.