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15 de agosto de 2025 a las 18:50

Río Roma: Susto en el aire

La incertidumbre se apoderó del estudio de "Sale El Sol" cuando José Luis, integrante del aclamado dúo Río Roma, relató el angustiante episodio que vivieron durante su viaje a Viña del Mar. Un silencio expectante se apoderó del set mientras describía cómo, tras aterrizar en Chile, la noticia de un infarto fulminante que amenazaba la vida de su hermano y compañero musical, Raúl, les cayó como un balde de agua fría. La alegría del viaje, la expectativa del festival, todo se desvaneció en un instante, reemplazado por la gélida premonición de una tragedia.

El rostro de José Luis reflejaba aún la conmoción de aquel momento, el nudo en la garganta al recordar la fragilidad de la vida, la impotencia ante lo imprevisible. "Jamás imaginé que al llegar nos dijeran: ‘Le está dando un infarto’”, confesó con voz entrecortada, transportando a la audiencia a ese instante de desesperación y angustia. La noticia, tan repentina como un rayo en un día despejado, los dejó paralizados, sin saber cómo reaccionar ante la inminencia de una pérdida irreparable.

El relato continuó con la descripción de la rápida atención médica que recibió Raúl, la carrera contra el tiempo para salvar su vida, los minutos que se sintieron como horas en la incertidumbre del diagnóstico. "Lo primero que nos dijeron es: ‘Está bien, le estaba dando un infarto y justo llegaron’”, recordó José Luis, con la voz todavía teñida de incredulidad. La fortuna, en este caso, había jugado un papel crucial. Llegar a tiempo, ese factor determinante que marcó la diferencia entre la vida y la muerte.

Pero la historia no termina ahí. A la angustia del infarto se sumó la incertidumbre sobre el futuro de Raúl, sobre su capacidad para continuar con su pasión, la música. El médico, con la cautela propia de su profesión, les advirtió sobre la posibilidad de que Raúl no pudiera volver a cantar. Imaginen el peso de esas palabras, la sombra de la duda cernirse sobre el futuro del dúo, sobre la vida misma de Raúl. Un silencio sepulcral invadió el estudio mientras José Luis compartía esta dolorosa parte de la historia.

Sin embargo, el destino, caprichoso e impredecible, tenía reservado un final feliz para esta historia. Contra todo pronóstico, Raúl se recuperó. La fuerza de su voluntad, el apoyo incondicional de su hermano y el amor por la música se conjugaron para obrar el milagro. Río Roma no solo pudo presentarse en Viña del Mar, sino que lo hizo con la fuerza y la pasión que los caracteriza, demostrando que la música, en ocasiones, puede ser la mejor medicina.

Hoy, meses después de aquel episodio que marcó sus vidas para siempre, Raúl se encuentra bien de salud, continuando su carrera junto a su hermano, componiendo e interpretando las baladas que han conquistado el corazón de miles de personas. Esta experiencia, sin duda, ha dejado una huella imborrable en sus vidas, un recordatorio constante de la importancia de valorar cada instante, de la fragilidad de la existencia y del poder sanador de la música. La historia de Río Roma es un testimonio de resiliencia, de superación y de la fuerza inquebrantable del amor fraternal, una historia que nos recuerda que, incluso en los momentos más oscuros, siempre hay una luz de esperanza que nos guía hacia adelante.

Fuente: El Heraldo de México