
15 de agosto de 2025 a las 09:20
Prioridad: bienestar social
La reciente publicación del informe del INEGI sobre la pobreza multidimensional en México ha generado un debate enérgico y esperanzador. La reducción del 29.6% de la pobreza, traducida en 13.64 millones de personas que han salido de esta condición entre 2018 y 2024, es una cifra contundente que invita a un análisis profundo. Más allá de las ideologías y las posturas políticas, estos números nos interpelan a comprender las causas y las consecuencias de esta transformación social.
Uno de los argumentos centrales que se esgrimen para explicar esta disminución de la pobreza radica en la implementación de políticas públicas enfocadas en el bienestar social. El aumento del salario mínimo, los programas de apoyo social y la inversión en servicios públicos como educación, salud, vivienda y comunicaciones, son piezas clave de este rompecabezas. Estas acciones se enmarcan dentro de lo que se ha denominado el "nuevo humanismo mexicano", una filosofía que prioriza la atención a los sectores más vulnerables de la población.
Este cambio de paradigma implica una redefinición del rol del Estado. Se argumenta que el Estado ha dejado de ser un aliado o subordinado del gran capital para convertirse en un verdadero garante del bienestar social. Esta transformación nos lleva a revisar conceptos como el "Estado de bienestar" y a analizar la influencia de teorías como el materialismo histórico, especialmente en su interpretación del Estado bonapartista.
Recordando a Marx y su análisis del XVIII Brumario de Luis Bonaparte, podemos encontrar paralelismos con la historia de México. El Estado bonapartista, en su esencia, se caracteriza por no participar directamente en la propiedad de los medios de producción, pero sí disfrutar de los privilegios de clase al estar al servicio del capital. Esta teoría nos permite comprender la evolución del poder político en México desde el Porfiriato hasta la actualidad.
El ensayo "Marx en México" de Porfirio Miranda ofrece una perspectiva interesante para analizar el Estado mexicano en los años 70. Miranda argumentaba que el Estado mexicano funcionaba como un Estado bonapartista, al servicio de la burguesía.
Este modelo también puede aplicarse para entender la dinámica del poder en el México post-revolucionario. La sustitución del Estado del Porfiriato por un Estado revolucionario, nacionalista y pluriclasista, generó una nueva configuración de la relación entre el poder político y el capital. Sin embargo, la llegada del salinismo y las políticas neoliberales posteriores trajeron consigo un nuevo reacomodo de las fuerzas económicas y políticas.
En este contexto, la 4ª Transformación se presenta como una ruptura con el modelo neoliberal. La actual administración, liderada por la Dra. Claudia Sheinbaum Pardo, se propone recuperar el rol social del Estado y priorizar la atención a los más pobres.
La apuesta por "primero los pobres" implica un desafío a los intereses de la burguesía y una reorientación de la fuerza del Estado hacia las masas empobrecidas. Esta estrategia, se argumenta, puede generar estabilidad social y financiera, y a su vez, brindar confianza a la inversión privada. El objetivo final es construir un país menos desigual y más justo. El debate está abierto y los resultados de estas políticas serán clave para definir el futuro de México.
Es importante señalar que este análisis no pretende ser exhaustivo ni definitivo. La complejidad de la realidad mexicana exige un debate plural y un análisis riguroso desde diferentes perspectivas. Solo así podremos comprender a cabalidad los retos y las oportunidades que enfrenta nuestro país.
Fuente: El Heraldo de México