
15 de agosto de 2025 a las 03:40
¿NFL racista? La polémica.
La sombra de la discriminación racial continúa extendiéndose sobre la Liga Nacional de Fútbol Americano (NFL). La reciente decisión del Segundo Tribunal de Apelaciones del Circuito de Estados Unidos, con sede en Manhattan, ha reabierto la herida, permitiendo que la demanda interpuesta por Brian Flores y otros entrenadores afroamericanos avance en la vía civil. Esto supone un revés significativo para la NFL, que pretendía resolver el conflicto internamente a través de un arbitraje presidido por el comisionado Roger Goodell.
El tribunal ha calificado este mecanismo de arbitraje como “nominal”, argumentando que la concentración de poder en manos de Goodell no garantiza un proceso imparcial y bilateral. La decisión, escrita por el juez de circuito José A. Cabranes, cuestiona la legitimidad de un sistema donde el juez y parte son, en esencia, la misma entidad. Este fallo sienta un precedente crucial, poniendo en tela de juicio la estructura de poder dentro de la NFL y su capacidad para abordar de manera justa las acusaciones de discriminación racial.
La negativa del tribunal a forzar el arbitraje representa una victoria para Flores y para todos aquellos que luchan por la igualdad de oportunidades dentro de la liga. Se abre así la posibilidad de un juicio que podría exponer las prácticas discriminatorias que, según los demandantes, han permeado la NFL durante años. El caso Flores se convierte en un símbolo de la lucha contra el racismo sistémico en el deporte profesional, un escenario donde la representación afroamericana en los puestos de liderazgo sigue siendo desproporcionadamente baja en comparación con la presencia de jugadores de color.
Mientras la NFL manifiesta su desacuerdo con la resolución y plantea la posibilidad de apelar la decisión, los abogados de Flores celebran la apertura de un proceso judicial que consideran justo e imparcial. Describen el sistema de arbitraje interno de la NFL como sesgado e injusto, un mecanismo que, según ellos, ha permitido perpetuar la discriminación racial durante décadas.
La valentía de Brian Flores, actual coordinador defensivo de los Minnesota Vikings, al presentar esta demanda en febrero de 2022, ha tenido un coste personal. Arriesgar su carrera en la NFL fue un sacrificio necesario, en sus propias palabras, para combatir el racismo sistémico y abrir camino a las futuras generaciones. Su testimonio, junto al de otros entrenadores afroamericanos, pinta un panorama preocupante de discriminación en los procesos de contratación y promoción dentro de la liga.
El hecho de que la mayoría de los jugadores de la NFL sean afroamericanos, mientras que los entrenadores negros representan un porcentaje mínimo, es una paradoja que ilustra la gravedad del problema. Este contraste evidencia la existencia de barreras invisibles que impiden a los entrenadores negros alcanzar posiciones de liderazgo. La demanda de Flores no solo busca justicia para él y otros entrenadores afectados, sino que también aspira a un cambio profundo en la cultura de la NFL, un cambio que garantice la igualdad de oportunidades para todos, independientemente del color de su piel. El proceso judicial que se avecina promete ser un momento decisivo para el futuro de la liga y para la lucha contra la discriminación racial en el deporte profesional.
Fuente: El Heraldo de México