
15 de agosto de 2025 a las 18:15
México: Tranquilidad en el suministro de gasolina.
La incertidumbre que se cernía sobre la disponibilidad de combustible en el país parece estar disipándose. La reciente declaración de la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo desde la Base Aeronaval de Chetumal, Quintana Roo, ha traído un mensaje de tranquilidad a la población: no hay desabasto. Más allá de los rumores que apuntaban a una escasez generalizada, la mandataria ha aclarado que se trata de un problema de distribución, un obstáculo logístico que ya se está abordando con diligencia.
El fantasma del desabasto, un espectro que evoca largas filas en las gasolineras y la angustia de la incertidumbre, ha sido conjurado por las palabras de la presidenta. La situación, según ha explicado, se centra en la gestión del transporte del combustible, un engranaje complejo que involucra a diversos actores y que, en ocasiones, puede presentar desajustes. Sin embargo, la presidenta Sheinbaum Pardo ha asegurado que estos desajustes son transitorios y que se están implementando las medidas necesarias para regularizar la distribución.
La clave para comprender la situación actual reside en la transición de la administración de los carro tanques, comúnmente conocidos como pipas. Adquiridos durante el sexenio anterior, estos vehículos han estado bajo la tutela de la Secretaría de la Defensa Nacional. Ahora, como parte de una estrategia para optimizar la distribución de combustible, se ha decidido transferir su administración a Petróleos Mexicanos (Pemex). Este cambio, si bien necesario para fortalecer la capacidad de la petrolera estatal, ha generado una serie de ajustes logísticos que, momentáneamente, han afectado la distribución.
La decisión de transferir la administración de las pipas a Pemex es un paso estratégico que busca consolidar la soberanía energética del país. Al centralizar la gestión del transporte de combustible en manos de la empresa estatal, se fortalece su capacidad operativa y se optimiza el uso de los recursos. Este cambio, a largo plazo, contribuirá a garantizar un suministro de combustible más eficiente y seguro para toda la población.
La presidenta Sheinbaum Pardo ha enfatizado que este proceso de transición se está llevando a cabo de manera ordenada y que se espera que la distribución se normalice en breve. Se trata, pues, de un ajuste temporal que, lejos de representar un problema de desabasto, sienta las bases para un sistema de distribución más robusto y confiable. La población puede estar tranquila: hay combustible suficiente para satisfacer la demanda y las autoridades están trabajando arduamente para que llegue a todos los rincones del país. La transparencia y la comunicación constante por parte del gobierno son fundamentales para disipar cualquier duda y mantener la confianza de la ciudadanía en la gestión de este importante recurso. La situación actual, más que una crisis, representa una oportunidad para fortalecer la infraestructura energética del país y garantizar el suministro de combustible a largo plazo.
Fuente: El Heraldo de México