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15 de agosto de 2025 a las 08:05

Madre lleva a la policía a la tumba de su hijo

La tranquilidad de la pequeña comunidad de Jackson, en Kentucky, se vio brutalmente interrumpida por un caso que ha conmocionado a sus habitantes y al país entero. La desaparición del pequeño Jayden Spicer, de tan solo 10 años, se transformó en una pesadilla cuando su propia madre, Felicia Gross, se convirtió en la principal sospechosa de su muerte. Lo que inicialmente parecía una angustiosa búsqueda de un niño perdido en el bosque, pronto se revelaría como una elaborada y escalofriante trama tejida por la persona que debía protegerlo.

La imagen de una madre desesperada clamando por el regreso de su hijo se grabó en la memoria colectiva durante los días que duró la búsqueda. Felicia Gross, junto al padre de Jayden, reportó su desaparición la mañana del 6 de agosto, afirmando que el niño se había esfumado durante la noche. La angustia de la madre parecía palpable, sus súplicas desgarradoras resonaban en los medios locales y redes sociales. "Amamos a Jaden y queremos que esté seguro en casa… Lo amamos mucho, por favor haz lo correcto, llama a la policía", escribió en una carta que conmovió a muchos. Mientras tanto, un despliegue masivo de recursos se activaba para encontrar al pequeño Jayden, vestido con su pijama de Sonic the Hedgehog, su personaje favorito. Aviones, drones, perros rastreadores y sonares peinaron palmo a palmo el bosque circundante, el lugar donde supuestamente el niño se había extraviado.

Sin embargo, desde el principio, ciertas sombras de duda se cernían sobre la historia. Las tías de Jayden expresaron su incredulidad ante la posibilidad de que el niño, con su conocido miedo a la oscuridad y a los insectos, se hubiera adentrado solo en el bosque. Estos detalles, aparentemente insignificantes, comenzarían a tejer una red de sospechas alrededor de la versión oficial.

Tras casi una semana de intensa búsqueda y creciente presión mediática, la verdad, tan terrible como inesperada, salió a la luz. Felicia Gross confesó a la policía que su hijo había muerto y que la denuncia de desaparición era una cruel farsa. Según su testimonio, le había administrado a Jayden un medicamento para dormir que, según ella, le provocó una emergencia médica y su posterior fallecimiento. La confesión de Gross no solo destapó un horrendo crimen, sino que también reveló la frialdad con la que había manipulado la situación, involucrando incluso a los hermanos de Jayden, a quienes "entrenó" para que corroboraran su historia ante las autoridades.

Guiados por la propia Gross, la policía encontró el cuerpo sin vida de Jayden. El pequeño se encontraba dentro de un contenedor de plástico, enterrado en una tumba poco profunda a unos 30 kilómetros de la casa familiar. La imagen del pijama de Sonic, ahora manchado de tierra y tragedia, se convirtió en un símbolo de la inocencia perdida y la crueldad humana.

Felicia Gross enfrenta ahora cargos por homicidio en segundo grado, abuso de cadáver, manipulación de pruebas y denuncia falsa de un incidente. Mientras espera su juicio en la cárcel regional del río Kentucky, la comunidad de Jackson intenta comprender la magnitud de este terrible acto. La autopsia revelará la causa exacta de la muerte de Jayden, pero la herida que este caso ha dejado en la sociedad tardará mucho tiempo en cicatrizar. La historia de Jayden Spicer es un recordatorio desgarrador de la fragilidad de la vida y de la oscuridad que puede esconderse tras la fachada de la normalidad.

Fuente: El Heraldo de México