
15 de agosto de 2025 a las 09:20
¿Intervendrán aquí?
La sombra de una posible intervención militar estadounidense en México se cierne sobre el país, generando un clima de incertidumbre y especulación que permea todos los estratos de la sociedad. Desde los pasillos del poder hasta las conversaciones cotidianas, la pregunta resuena: ¿es inevitable la acción militar? Joshua Treviño, voz autorizada en la materia, nos ofrece una perspectiva crucial. Su análisis, desde la Texas Public Policy Foundation y el America First Policy Institute, apunta a una posible intervención como un acto de defensa propia de Estados Unidos, amparado por el derecho internacional. Pero la clave, según Treviño, reside en la respuesta de México. ¿Será capaz el gobierno mexicano de restablecer el orden y la justicia, desactivando así la necesidad de una intervención externa? Esta es la verdadera interrogante, el punto de inflexión que definirá el futuro inmediato.
La frustración de la Casa Blanca, palpable ante la ineficacia de las estrategias mexicanas contra el crimen organizado, alimenta la posibilidad de una acción unilateral. No se trata de una amenaza velada, sino de una consecuencia lógica ante la incapacidad de México para controlar su propio territorio. La pregunta ya no es si Estados Unidos intervendrá, sino cuándo y cómo. Los análisis apuntan a una acción de control, una demostración de fuerza que expondría aún más la fragilidad del Estado mexicano. Y aunque el gobierno mexicano intentará, previsiblemente, presentar la intervención como un acto coordinado, la realidad se impondrá: una decisión tomada en Washington, ejecutada en territorio mexicano, con consecuencias impredecibles.
En el sector empresarial, se percibe una inquietante "esperanza". No se trata de un deseo de intervención, sino de la necesidad de un cambio radical. La fallida estrategia de "abrazos, no balazos" ha demostrado su ineficacia, y la posibilidad de una intervención se ve como un catalizador para un cambio de rumbo. Se espera que una acción contundente obligue al gobierno a replantear su estrategia de seguridad y a adoptar una postura firme contra el crimen organizado. La mirada está puesta en la futura presidenta, Claudia Sheinbaum, con la esperanza de que se desmarque de las políticas del pasado y lidere una lucha frontal contra la impunidad.
Mientras la tensión geopolítica se intensifica, la vida económica del país continúa. La nueva terminal de almacenamiento de la empresa Bartlett en Pesquería, Nuevo León, es un ejemplo de la dinámica empresarial que, a pesar de la incertidumbre, sigue apostando por el futuro de México. Con una inversión de 52 millones de dólares, esta moderna instalación representa un hito en la logística del país, demostrando que, incluso en tiempos convulsos, la inversión y el desarrollo siguen siendo posibles. La puesta en marcha de esta terminal, con su capacidad para descargar 120 carros en 10 horas, es una muestra de la resiliencia del sector privado y su confianza en el potencial de México. Sin embargo, la sombra de la intervención planea sobre todos los ámbitos, recordándonos la urgencia de encontrar soluciones a la crisis de seguridad que atraviesa el país. El tiempo corre, y la decisión final está en manos de México.
El futuro es incierto. La intervención estadounidense es una posibilidad real, una espada de Damocles que pende sobre la soberanía nacional. La responsabilidad recae en el gobierno mexicano, en su capacidad para restablecer el orden y la justicia. La esperanza, para muchos, reside en un cambio de rumbo, en una estrategia que priorice la seguridad y el estado de derecho. El tiempo dirá si México logra evitar la tormenta que se avecina.
Fuente: El Heraldo de México