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15 de agosto de 2025 a las 05:15

Genéricos: ¿Igual de efectivos? ¡Descúbrelo!

La salud, un bien preciado e intransferible, se encuentra en el centro de un debate constante que oscila entre la innovación y la accesibilidad. El reciente estudio de QM Estudios de Opinión y Heraldo Media Group, al revelar que el 95% de los mexicanos ha recurrido a medicamentos genéricos, pone de manifiesto la importancia crucial de este sector en el panorama sanitario nacional. No se trata simplemente de una opción económica, sino de una realidad palpable para millones de personas que buscan cuidar su bienestar sin comprometer su estabilidad financiera.

Este amplio porcentaje de aceptación, que se traduce en la confianza depositada por la ciudadanía en los genéricos, respalda la visión del gobierno de Claudia Sheinbaum, enfocada en impulsar la producción de estos fármacos. Su estrategia, orientada a la reducción de costos y la garantía de abasto, se alinea con la necesidad imperante de un sistema de salud más inclusivo y accesible para todos. Imaginemos un futuro donde el acceso a la salud no sea un privilegio, sino un derecho garantizado, donde la innovación y la eficiencia converjan para brindar bienestar a cada rincón del país. Esa es la promesa que se vislumbra en el horizonte.

Sin embargo, la historia de los genéricos en México se remonta a mucho antes. Desde 1997, como bien lo señala Rafael Gual, director general de la Canifarma, nuestro país ha contado con un mercado de medicamentos genéricos sólido y regulado. Este mercado, que representa cerca del 87% del total, es un testimonio del compromiso de México con la salud pública y la búsqueda constante de soluciones que beneficien a la población. No se trata de una simple sustitución, sino de una alternativa que cumple con los estándares de calidad y eficacia necesarios para asegurar el bienestar de quienes los consumen.

El proceso de creación de un genérico es un camino complejo que inicia con la expiración de la patente de un medicamento innovador. No todas las patentes vencidas, sin embargo, dan lugar a una versión genérica. Factores como la complejidad de fabricación, la disponibilidad de materia prima, la baja demanda o la existencia de alternativas más eficaces pueden influir en esta decisión. Es un proceso meticuloso que requiere investigación, desarrollo y un profundo conocimiento del mercado farmacéutico.

La clave para la confianza en los genéricos radica en las rigurosas pruebas de bioequivalencia a las que son sometidos. Estas pruebas, exigidas por la Cofepris, garantizan que el genérico tenga el mismo efecto terapéutico que el medicamento original. Es una garantía de calidad, una promesa de que la salud no se ve comprometida por la elección de una opción más accesible. Es la certeza de que la ciencia respalda la eficacia de estos fármacos.

No obstante, la lucha contra la falsificación es una batalla constante. Adquirir medicamentos, ya sean genéricos o de patente, en lugares no autorizados, como tianguis o sitios web poco confiables, representa un riesgo considerable para la salud. La recomendación de Rafael Gual es clara y contundente: la compra debe realizarse únicamente en farmacias establecidas y autorizadas. Solo así se puede garantizar la autenticidad del producto y proteger la salud de la población.

En definitiva, el mercado de genéricos y el de medicamentos patentados no son competidores, sino aliados en la búsqueda del bienestar. Coexisten de manera complementaria, ofreciendo opciones para las diversas necesidades y realidades económicas de la población. La disponibilidad de genéricos contribuye a la reducción de precios, un beneficio tangible para millones de mexicanos. Es una muestra de que la salud no tiene por qué ser un lujo, sino un derecho al alcance de todos.

Fuente: El Heraldo de México