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15 de agosto de 2025 a las 16:20

Gasolinazo: ¿Duele tu bolsillo?

El fantasma de la inflación sigue acechando los bolsillos de los mexicanos, y la gasolina, ese insumo vital para la movilidad de millones, no es la excepción. Por decimoctava semana consecutiva, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) ha decidido mantener el Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS) al 100% para la gasolina Magna, Premium y Diésel. Esto significa que, del 9 al 15 de agosto de 2025, los automovilistas deberán absorber la totalidad del impuesto, un duro golpe para la economía familiar, especialmente en un contexto de incertidumbre económica.

Si bien el portal PETROIntelligence reportó una ligera baja de un centavo en el precio del Diésel este viernes 15 de agosto, y la Magna, Premium y gas natural vehicular se mantuvieron sin cambios a nivel nacional, la ausencia del estímulo fiscal continúa impactando significativamente el costo final. Esta estabilidad, lejos de ser un alivio, se traduce en un respiro efímero que no compensa la carga impositiva. La pregunta que resuena en la mente de muchos es: ¿hasta cuándo esta política de precios seguirá afectando nuestro poder adquisitivo?

La variabilidad regional en los precios de la gasolina añade otra capa de complejidad a este panorama. Mientras en algunas zonas del país los precios se mantienen relativamente estables, en otras experimentan fluctuaciones que pueden desequilibrar el presupuesto familiar. Conocer el precio promedio en la Ciudad de México, Jalisco o Nuevo León se convierte en una tarea crucial para planificar los gastos de transporte. ¿Es momento de considerar alternativas de movilidad? ¿Cómo podemos optimizar el consumo de combustible ante esta situación?

La Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco), a través de su Subprocuraduría de Verificación, realiza una labor fundamental en la vigilancia de los establecimientos que expenden combustible. Su programa permanente de verificación en gasolineras a lo largo y ancho del país busca garantizar que los consumidores reciban litros completos y un precio justo. Sin embargo, más allá de la verificación, se necesita una política pública que atienda de raíz el problema del alto costo de los combustibles.

El impacto de esta medida no se limita al ámbito individual. El incremento en el precio de la gasolina tiene un efecto dominó en la economía, afectando el costo del transporte de bienes y servicios, lo que a su vez se traduce en un aumento generalizado de precios. Desde el pequeño comerciante hasta las grandes empresas, todos se ven afectados por esta cadena inflacionaria.

La incertidumbre sobre el futuro del estímulo fiscal genera inquietud entre los consumidores. ¿Se restablecerá el apoyo en las próximas semanas? ¿Qué medidas tomará el gobierno para mitigar el impacto del alto costo de los combustibles en la economía familiar? Estas son preguntas que exigen respuestas claras y acciones concretas.

Mientras tanto, los mexicanos se ven obligados a ajustar sus presupuestos, buscar alternativas de transporte y lidiar con la constante presión de la inflación. El precio de la gasolina se ha convertido en un tema central en la mesa de los hogares, un recordatorio constante de la compleja realidad económica que enfrenta el país. La necesidad de un diálogo abierto y la búsqueda de soluciones a largo plazo se vuelve cada vez más urgente.

Fuente: El Heraldo de México