El calor del verano español puede ser implacable, y la preocupación por el sobrecalentamiento del motor es una constante para muchos conductores. Con el sol abrasando el asfalto, la idea de un motor echando humo en medio de la carretera es suficiente para provocar escalofríos. Y en esa búsqueda desesperada por mantener la temperatura a raya, algunos recurren a medidas drásticas, creyendo que están ayudando a su vehículo cuando, en realidad, podrían estar generando problemas a futuro.

El mecánico Juan José Ebenezer, con una dilatada experiencia en talleres a lo largo y ancho de la geografía española, nos advierte sobre una práctica sorprendentemente común: la eliminación de las tapas del motor. “Se piensan que va a refrigerar mejor”, comenta Ebenezer con un dejo de resignación, habiendo presenciado esta escena repetidas veces en sus años de profesión. “Cada verano, sin falta, atiendo al menos a dos o tres personas con la misma consulta, convencidas de que desmontar estas piezas es la solución mágica contra el calor.”

Pero la realidad es otra. Ese gesto, aparentemente inofensivo, de guardar las tapas del motor en el maletero, no aporta ningún beneficio real a la refrigeración del vehículo. De hecho, los coches modernos están diseñados con sistemas de refrigeración altamente eficientes, capaces de mantener la temperatura óptima incluso bajo las condiciones más extremas del verano. "El coche viene de fábrica preparado para funcionar correctamente", subraya Ebenezer. "Quitar una tapa u otra no va a afectar negativamente al motor, pero tampoco positivamente. No va a proporcionar una refrigeración extra que el coche no necesite.”

Es importante entender que la ingeniería detrás de los vehículos modernos es compleja y precisa. Cada componente, incluyendo esas tapas que algunos consideran superfluas, juega un papel en la aerodinámica, la protección del motor y la gestión del flujo de aire. Alterar este diseño sin el conocimiento adecuado puede tener consecuencias imprevistas a largo plazo.

Además de la ineficacia de esta práctica, existe el riesgo de exponer componentes vitales del motor a la suciedad, el polvo y otros elementos que pueden afectar su rendimiento. Las tapas del motor no solo cumplen una función estética, sino que también protegen las delicadas piezas internas de agentes externos que podrían causar daños con el tiempo.

Entonces, ¿cuál es la mejor manera de proteger nuestro motor durante el verano? Ebenezer lo tiene claro: "El mantenimiento preventivo es clave". Revisar regularmente los niveles de refrigerante, asegurarse de que el sistema de refrigeración funciona correctamente y seguir las recomendaciones del fabricante son las medidas más efectivas para evitar el sobrecalentamiento. No se trata de improvisar soluciones caseras, sino de confiar en la ingeniería del vehículo y en el asesoramiento de profesionales cualificados.

En definitiva, la próxima vez que sientas la tentación de desmontar las tapas del motor en un intento por combatir el calor, recuerda las palabras de Juan José Ebenezer: tu coche ya está preparado para enfrentarse al verano. Confía en la tecnología y en el mantenimiento adecuado, y deja las tapas en su lugar. Tu motor te lo agradecerá.