
16 de agosto de 2025 a las 01:45
Doctor operaba ¡sin licencia!
La sombra de la duda se cierne sobre la clínica "Bellum" en Ciudad Madero, Tamaulipas, tras un cateo realizado por las autoridades. La denuncia de una mujer que sufrió convulsiones después de una liposucción ha destapado una posible red de irregularidades que podrían implicar la usurpación de funciones y el uso de materiales falsificados en procedimientos quirúrgicos estéticos. El caso, que evoca el escándalo de Marilyn Cote, la falsa psiquiatra, nos obliga a preguntarnos sobre la seguridad de los pacientes y la necesidad de una mayor vigilancia en el sector salud.
La víctima relata una experiencia aterradora: ocho litros de grasa extraídos en una liposucción, una cantidad que supera por dos litros el máximo recomendado. Pero lo más alarmante es que el supuesto médico, José Luis “L”, registró su cédula profesional –sin especialidad en cirugía plástica ni certificación– dos semanas después de la intervención. Este dato no solo pone en tela de juicio la competencia del médico, sino que abre la posibilidad de que otras personas hayan sido sometidas a procedimientos riesgosos por alguien sin la capacitación adecuada. La Fiscalía, en colaboración con la Sedena, la Semar y la Coepris, ha asegurado el inmueble para evitar la manipulación de evidencias. La investigación apenas comienza, pero la sospecha de que se utilizaban productos y materiales falsificados agrava aún más la situación. ¿Qué tipo de sustancias se estaban inyectando a los pacientes? ¿Cuáles son los riesgos a largo plazo de estos procedimientos irregulares?
La historia de Marilyn Cote, quien durante una década se hizo pasar por psiquiatra, ofrece un preocupante paralelismo. Cote, con una licenciatura en Derecho, construyó una fachada de profesionalismo, llegando incluso a ser reconocida en revistas y páginas web. Ofrecía “curas milagrosas” para la depresión, prometiendo resultados en tan solo una semana. Su engaño, destapado gracias a la denuncia ciudadana en redes sociales, demuestra la vulnerabilidad de los pacientes ante falsos profesionales y la importancia de la verificación de credenciales. En el caso de "Bellum", la pregunta es: ¿cuántas personas, buscando mejorar su imagen, pudieron haber caído en manos de alguien que no solo carecía de la formación necesaria, sino que además, presuntamente, utilizaba materiales falsificados?
Este caso nos obliga a reflexionar sobre la necesidad de reforzar los mecanismos de control y supervisión en el sector salud. La salud no es un juego, y la confianza que depositamos en los profesionales médicos debe estar respaldada por la certeza de su competencia y ética. Es imperativo que las autoridades investiguen a fondo este caso y que se apliquen las sanciones correspondientes a quienes resulten responsables. Asimismo, es fundamental que como ciudadanos estemos alerta, verifiquemos las credenciales de los profesionales de la salud y denunciemos cualquier irregularidad. Solo así podremos protegernos y garantizar un sistema de salud seguro y confiable para todos. La belleza no debe costar la salud, ni la confianza debe ser traicionada por la ambición y la falta de ética. El caso "Bellum" es una llamada de atención que no podemos ignorar.
Fuente: El Heraldo de México