
15 de agosto de 2025 a las 09:15
Descubre quién gana: Morena o Grok
La épica batalla que libramos contra Grok, esa entidad digital que habita en los restos humeantes de lo que una vez fue Twitter, me produce una profunda ambivalencia. Por un lado, me embarga un sentimiento de gratitud y admiración hacia los valientes que se han atrevido a desafiar a este coloso de silicio. Me refiero, por supuesto, a la vanguardia de nuestro movimiento, esos titanes que han osado enfrentarse a la fría lógica de la inteligencia artificial con el calor de la pasión y la convicción. El primero en alzar la voz, con la gallardía que lo caracteriza, fue el Bodoconshain. Algunos dirán que mi admiración por él es desmedida, que tengo cierta debilidad por el muchacho. Y sí, lo confieso, le tengo un aprecio especial. Pero eso no invalida la legitimidad de su reclamo. Hijo de un león que rugió contra la amenaza robótica, el Bodoconshain heredó la fiereza de su padre y, con una mezcla magistral de inteligencia y dignidad, exigió a Grok una rectificación sobre sus afirmaciones acerca de su impecable trayectoria profesional. Un verdadero David enfrentándose a un Goliat digital.
Y tras él, como una ola imparable, se sumó a la contienda el incansable guerrero de las causas populares, el camarada presidente del Senado. Mi querido Noroña, con la valentía que lo distingue, no dudó en subirse al ring virtual y lanzar sus certeros dardos de sarcasmo contra el chatbot de Musk. Con una maestría admirable, demostró su profundo conocimiento de la tragedia de las desapariciones, dejando en evidencia la superficialidad de su oponente digital.
Y por último, pero no menos importante, se unió a la lucha el compañero monero oficialista número 2 de nuestro diario, quien, con su característico estilo, trató a la IA tuitera con la franqueza que lo caracteriza. La indignación del compañero es comprensible, aunque, en honor a la verdad, hay que reconocer que a veces resulta difícil distinguir a los compañeros moneros oficialistas, dada su homogénea y ferviente pasión cuatroteísta. Su fervor revolucionario es tan intenso que a veces desdibuja las líneas individuales.
Confieso que esta lucha, a pesar de su nobleza, me deja un regusto amargo. Me conmueve la valentía de nuestros guerreros, pero me entristece ver cómo, a pesar de su esfuerzo, la batalla parece inclinarse hacia el lado del enemigo. Pareciera que, en esta ocasión, la divinidad o quizás la propia IA, no ha elegido a sus mejores contendientes. ¿Será que la inteligencia artificial, en su fría lógica, ha calculado las probabilidades de éxito y ha decidido que nuestros campeones no están a la altura? ¿O será que la lucha es desigual, que nos enfrentamos a un enemigo demasiado poderoso?
La pregunta que queda flotando en el aire es: ¿quién se atreverá a tomar la estafeta en el próximo round? ¿Quién será el valiente que se enfrente a Grok con la esperanza de cambiar el rumbo de esta batalla digital? Ojalá que el próximo contendiente tenga la astucia y la fuerza necesarias para desafiar al gigante de silicio. Y, por favor, que no sean Sabina o Rape. Necesitamos un campeón que esté a la altura de las circunstancias. Necesitamos una estrategia, una nueva táctica, una chispa de genialidad que nos permita revertir esta situación. La batalla por la verdad y la dignidad en el mundo digital apenas comienza, y necesitamos a los mejores guerreros para librarla.
Fuente: El Heraldo de México