La adrenalina corría por las venas de todos los presentes. El claxon sonaba insistentemente, mezclándose con los gritos de la víctima aferrada al cofre, una escena surrealista que parecía sacada de una película de acción, pero que lamentablemente se desarrollaba en plena luz del día en la calle 31 Poniente, en la colonia El Carmen de Puebla. Imaginen la escena: un taxi por aplicación, protagonista involuntario de un choque, intenta escapar de la justicia con una pasajera a bordo y, para añadir aún más dramatismo, con la víctima del accidente aferrada al capó, como si se tratara de una escena de acrobacias improvisada.

Todo comenzó con un impacto, un choque aparentemente común en el caótico tráfico de la ciudad. Pero lo que parecía un simple accidente de tránsito pronto se transformaría en una huida desesperada, un acto de irresponsabilidad que puso en peligro la vida de varias personas. El conductor, en lugar de asumir su responsabilidad y afrontar las consecuencias de sus actos, optó por la vía más cobarde: la fuga.

La pasajera, testigo de primera mano de este drama en desarrollo, grabó la escena con su teléfono móvil. En el video, que rápidamente se viralizó en redes sociales, se puede apreciar la tensión del momento. Se escuchan los gritos de la víctima, aferrada al cofre del vehículo en movimiento, exigiendo justicia. Se oye también la voz de la pasajera, pidiendo al conductor que se detenga, que enfrente la situación. Una súplica que, tristemente, cae en oídos sordos.

La situación se torna aún más tensa cuando, en la esquina de 16 de Septiembre y 31 Poniente, la pasajera aprovecha un alto para descender del vehículo. En ese instante, la víctima del choque aprovecha la oportunidad para reclamar airadamente al conductor, quien, visiblemente nervioso, amaga con arrollarlo para continuar su huida. Un conductor solidario, testigo de la injusticia, intenta bloquear el paso del taxi e incluso quitarle las llaves al conductor fugitivo, pero sus esfuerzos son en vano.

Con una maniobra temeraria, el conductor del taxi esquiva a la víctima y al conductor solidario, acelerando y perdiéndose entre las calles de la ciudad. La víctima, con el corazón latiéndole a mil por hora, se queda en la calle, con la impotencia de haber sido víctima de un acto de cobardía e irresponsabilidad.

Hasta el momento, las autoridades no han logrado identificar ni capturar al conductor fugitivo. El video, convertido en evidencia clave, circula en redes sociales, generando indignación y un llamado a la justicia. ¿Hasta cuándo este tipo de situaciones seguirán ocurriendo en nuestras calles? ¿Qué medidas se tomarán para garantizar la seguridad de los ciudadanos y para que los responsables de este tipo de actos no queden impunes? La pregunta queda en el aire, mientras la búsqueda del conductor fugitivo continúa. La justicia, al igual que la víctima aferrada al cofre de aquel taxi, espera su momento.