La tranquilidad del regreso a clases en Ciudad Universitaria se vio interrumpida por un incidente que pone de manifiesto la persistente lucha contra el narcomenudeo dentro del campus. El pasado 13 de agosto, apenas iniciando el nuevo ciclo escolar en la UNAM, la sombra del tráfico de drogas se cernió sobre el estacionamiento de la Coordinación de Americano y el Anexo de la Facultad de Ingeniería. Gracias a la valentía de un ciudadano anónimo que utilizó la Línea de Reacción Puma, se alertó a las autoridades de seguridad universitaria sobre un grupo de individuos presuntamente involucrados en el intercambio y consumo de sustancias ilícitas.

Este acto de denuncia ciudadana, crucial para la seguridad de la comunidad universitaria, permitió a los elementos de seguridad responder con prontitud. Al llegar al lugar, los vigilantes encontraron a dos de los sospechosos, quienes, al verse descubiertos, intentaron una maniobra desesperada. Buscando la complicidad de los estudiantes que transitaban por la zona, acusaron a los guardias de abuso de autoridad, una táctica lamentablemente común para evadir la justicia y desprestigiar la labor de quienes velan por la seguridad del campus.

Sin embargo, la evidencia era irrefutable. Los presuntos narcomenudistas fueron encontrados en posesión de vegetal verde seco con las características propias de la marihuana. Ante la flagrancia del delito, fueron remitidos al Juzgado Cívico correspondiente, donde se determinará su situación legal y se enfrentarán a las consecuencias de sus actos. Este incidente, aunque preocupante, demuestra la eficacia de la Línea de Reacción Puma como herramienta para la denuncia ciudadana y la rápida respuesta de las autoridades universitarias.

Más allá del operativo en sí, este caso enciende una luz de alerta sobre la importancia de la colaboración entre la comunidad estudiantil y las autoridades. La Dirección General de Prevención y Apoyo a la Seguridad Universitaria ha hecho un llamado enérgico a todos los miembros de la UNAM a denunciar cualquier actividad sospechosa relacionada con el consumo o venta de drogas. Mantener la seguridad dentro del campus es una responsabilidad compartida que requiere la participación activa de todos. No podemos permitir que el narcomenudeo se arraigue en un espacio dedicado al aprendizaje y al crecimiento personal.

El inicio del ciclo escolar debería estar marcado por la ilusión del conocimiento y la convivencia sana, no por la presencia de quienes buscan lucrar con la salud y el bienestar de los estudiantes. La denuncia anónima que permitió la detención de estos dos individuos es un ejemplo del poder que tenemos como comunidad para proteger nuestro entorno. No callemos ante la injusticia, no permitamos que el miedo nos paralice. La Línea de Reacción Puma está a nuestra disposición para que, juntos, construyamos un campus más seguro para todos. La universidad es un espacio de libertad, pero también de responsabilidad, y la lucha contra el narcomenudeo es una tarea que nos compete a todos.