La noticia del fallecimiento de Alejandra Gómez ha conmocionado al país. Una figura querida de la televisión colombiana, cuya vitalidad y profesionalismo iluminaban la pantalla cada mañana, nos ha dejado de manera repentina. A sus 43 años, en la cúspide de su carrera y en el mismo día de su cumpleaños, su partida deja un vacío inmenso en el periodismo nacional y un profundo dolor en quienes la conocimos y admiramos.

Su trayectoria profesional, que abarcó más de una década, la llevó a recorrer importantes medios de comunicación como Telepacífico, CityTV, Red+ Noticias, Claro y, finalmente, el Canal RCN, donde se consolidó como un rostro entrañable para la audiencia del programa Mañana Express. En cada uno de estos espacios, Alejandra dejó una huella imborrable gracias a su carisma, su pasión por la información y su inconfundible estilo cercano y enérgico. Más allá de las cámaras, su labor se extendió a la consultoría en comunicación estratégica y la coordinación de producciones audiovisuales, demostrando su versatilidad y compromiso con la excelencia.

El homenaje que le rindieron sus compañeros en Mañana Express, con la voz entrecortada por la emoción, pintó el retrato de una mujer excepcional. "Auténtica, incansable y valiente" fueron algunos de los adjetivos que resonaron en el estudio, acompañados de anécdotas y recuerdos que revelaban la calidez humana y la fuerza interior de Alejandra. Las imágenes de sus coberturas, entrevistas y momentos compartidos con el equipo, proyectadas durante la emisión especial, atestiguaron su dedicación al periodismo y su innegable don de gentes.

Si bien la causa oficial de su fallecimiento se mantiene en reserva, las palabras de su amiga, María Rojas, en una entrevista para "La Red Viral", arrojan luz sobre el complejo momento personal que atravesaba Alejandra. Rojas describió a la periodista luchando contra una inestabilidad emocional, posiblemente agravada por una ruptura sentimental con un colega del medio. A pesar de buscar ayuda profesional y refugiarse en actividades que la apasionaban, como el baile, el boxeo y la lectura, la fragilidad interna de Alejandra no era perceptible para quienes la veían brillar en la pantalla. La conmovedora declaración de Rojas, expresando su deseo de que Alejandra haya encontrado la paz que buscaba, resuena en el corazón de todos aquellos que hoy lamentamos su pérdida.

Su legado, sin embargo, trasciende el dolor. Las redes sociales de Alejandra, donde compartía reflexiones sobre amor propio, mensajes motivacionales y fotografías de sus viajes, se han convertido en un testimonio de su espíritu vibrante y optimista. Esa misma energía que transmitía en cada emisión, esa sonrisa franca y esa determinación para afrontar los desafíos, permanecerán en la memoria colectiva como un ejemplo de perseverancia y pasión por la vida. Alejandra Gómez, una periodista que se ganó el cariño del público con su talento y su autenticidad, deja un legado imborrable en el periodismo colombiano y un profundo vacío en los corazones de quienes la conocieron. Su luz, sin duda, seguirá brillando.