
15 de agosto de 2025 a las 02:40
Treviño NO será deportado: Abogado
La situación legal de Carlos Treviño Medina, exdirector de Pemex, se torna cada vez más compleja, tejiendo una intrincada red de acusaciones, recursos legales y un futuro incierto. Lejos de ser una simple cuestión migratoria, su retención en Estados Unidos abre la puerta a un debate sobre la persecución política, la validez de las acusaciones en su contra y el delicado equilibrio entre la soberanía nacional y el derecho al asilo.
Su abogado, Óscar Zamudio, insiste en la legalidad de la estancia de Treviño en territorio estadounidense, afirmando que trabaja y reside allí sin ocultarse de la justicia. La imagen que pinta es la de un hombre perseguido injustamente, víctima de una trama política orquestada desde México. Según Zamudio, la retención de su cliente se debe a una mera confusión administrativa, un malentendido que debería resolverse con prontitud en las instancias migratorias correspondientes.
Sin embargo, la sombra de Emilio Lozoya, también exdirector de Pemex, se alarga sobre Treviño Medina. Las acusaciones de soborno por la aprobación de la reforma energética durante el gobierno de Enrique Peña Nieto pesan como una losa. Cuatro millones de pesos, una cifra que resuena en medio del escándalo, se convierte en el centro de la disputa. Zamudio, con vehemencia, califica estas acusaciones de “falsas”, arguye que son una invención de Lozoya para obtener beneficios propios, una estrategia desesperada en su propio laberinto legal.
La “ficha roja” de la Interpol, un mecanismo internacional para la búsqueda y captura de fugitivos, se presenta como un elemento clave en la narrativa. Su extinción en 2023, según Zamudio, reafirma la tesis de la persecución política. La Interpol, al considerar que se estaban violando los derechos fundamentales de Treviño en México, habría dado un paso al frente para protegerlo. Este argumento refuerza la imagen de un sistema judicial mexicano comprometido, incapaz de garantizar un debido proceso.
La solicitud de asilo político por parte de Treviño Medina añade otra capa de complejidad al caso. Este recurso, diseñado para proteger a quienes huyen de la persecución en sus países de origen, se convierte en un escudo legal contra una posible deportación. Mientras el juez estadounidense analiza la solicitud, Treviño permanece en un limbo jurídico, a la espera de una decisión que podría cambiar radicalmente su futuro.
Y en medio de este escenario, la orden de aprehensión relacionada con el caso Odebrecht sigue vigente. Un fantasma que acecha a Treviño, un recordatorio constante de las acusaciones que pesan sobre él. La demanda de amparo presentada en 2023, aún sin resolver, se convierte en la última esperanza para evitar la extradición y enfrentar la justicia mexicana.
El caso de Carlos Treviño Medina se configura como un thriller judicial en tiempo real. Un laberinto de acusaciones, recursos legales y declaraciones cruzadas que mantienen en vilo a la opinión pública. ¿Víctima de una persecución política o responsable de actos de corrupción? La respuesta, por ahora, se pierde en la maraña de un proceso judicial que promete nuevos capítulos y revelaciones.
Fuente: El Heraldo de México