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14 de agosto de 2025 a las 09:15
¿Monroe 2.0? El nuevo orden americano
La sombra de la Doctrina Monroe se alarga nuevamente sobre América Latina. El incremento de la recompensa por Nicolás Maduro no es un simple gesto aislado, sino una pieza clave en un tablero geopolítico complejo. Cincuenta millones de dólares, una cifra que resuena con la fuerza de un cañonazo, reavivan el debate sobre la injerencia estadounidense en la región. ¿Es una legítima búsqueda de justicia o una nueva manifestación del intervencionismo que ha marcado históricamente las relaciones entre Estados Unidos y sus vecinos del sur?
Más allá de la retórica de la lucha contra el narcotráfico y el terrorismo, se percibe la persistente tentación de Washington de erigirse en juez y verdugo de los destinos latinoamericanos. La acusación de narcoterrorismo contra Maduro, las incautaciones de bienes y la presión mediática orquestan una narrativa que busca legitimar la intervención, presentando al gobierno venezolano como una amenaza a la seguridad regional e incluso, a la seguridad nacional estadounidense.
La respuesta de Caracas, tachando la medida de "operación de propaganda", pone de manifiesto la profunda desconfianza que generan estas acciones. No se trata solo de dinero, sino de un mensaje político que reafirma la hegemonía estadounidense y reaviva viejas heridas en la memoria colectiva latinoamericana. La figura de Maduro se convierte, así, en el epicentro de una pugna que trasciende las fronteras venezolanas y se proyecta sobre el conjunto de la región.
La intervención de figuras como Pam Bondi y Marco Rubio, con su fuerte retórica anti-chavista, añade leña al fuego de la polarización. Sus declaraciones, cargadas de connotaciones ideológicas, contribuyen a enmarcar el conflicto en términos maniqueos, dificultando la búsqueda de soluciones pacíficas y negociadas. La lucha contra el narcotráfico se convierte, en este contexto, en un pretexto para justificar acciones que responden a intereses geopolíticos más amplios.
El aumento de la recompensa por Maduro abre un nuevo capítulo en la compleja relación entre Estados Unidos y Venezuela. Una relación marcada por la desconfianza, la intervención y la lucha por la influencia en la región. Mientras tanto, el pueblo venezolano sigue siendo el principal afectado por esta pugna de poderes, atrapado en una crisis política, económica y social que parece no tener fin. ¿Será esta nueva estrategia el camino hacia la justicia y la estabilidad o simplemente un nuevo eslabón en la cadena de intervenciones que han marcado la historia de América Latina? El tiempo lo dirá.
Fuente: El Heraldo de México